La historia de nuestro país se ha marcado por episodios cruentos en la política principalmente; este 1 de junio se vivió uno de ellos, histórico pero desolado.
Histórico porque se logró reformar el Poder Judicial que claro que necesitaba un cambio, no sé si a través de este método fue la mejor manera, pero hay que reconocer que la 4T logró en siete años (desde la llegada de AMLO a la presidencia) lo que otros gobiernos en cientos de años no habían podido o querido.
La historia marca el año 1814 como el momento en el que México tuvo su primer Tribunal Supremo de Justicia instaurado por José María Morelos y que evidentemente fue evolucionando con la división de los poderes que hasta hoy rigen al país: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La desolación que se vivió este domingo con la falta de participación ciudadana para salir a elegir en el caso de Puebla, 9 ministras (os), 5 magistrados (as) de Disciplina Judicial, 2 magistrados (as) de Sala Superior, 3 magistrados (as) de Sala Regional, 8 magistrados (as) de Circuito y 8 jueces (as) de Distrito, se debió en su mayoría, al desconocimiento no sólo de los cargos, sino de todo el aparato judicial mexicano.
El desconocimiento fue tanto que incluso, se perdió por completo la información que emitió el Instituto Nacional Electoral, acerca de lo que se podía y no hacer en esta elección atípica, como por ejemplo, el uso de acordeones para poder recordar a todos y cada uno de las y los candidatos afines a nuestro voto; a nivel federal, se eligieron nueve miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y más de 2600 jueces y magistrados.
Una gran mayoría de los que votaron este domingo, (que en realidad fue la minoría si contemplamos el padrón electoral), lo hicieron al tanteo, como una obligación social, pero no con conocimiento de causa, porque no hubo campañas; a las candidatas y candidatos no les fue permitido hacer propaganda a la que comúnmente estamos acostumbrados en elecciones, y aquellos que lo hicieron, sólo les fue posible durante horarios no laborales.
La ignorancia debería ser catalogada un pecado capital en la sociedad, porque quien no conoce la historia, está condenado a repetirla, es decir que, si no queremos repetir los errores del pasado, debemos conocer la historia y tristemente como mexicanos, muchas veces no comprendemos ni la relevancia que cada Poder de la Unión tiene, siendo el Judicial, el más ignorado o desconocido.
Hablar en un lenguaje coloquial sobre JUSTICIA Y SEGURIDAD en un país como México, haría más digerible el impacto que tuvo este 1 de junio al Poder Judicial, donde adultos mayores, murieron en las casillas votando, no por ataques, sino por problemas a su salud, tal vez con desconocimiento total sobre por quiénes votarían, pero al menos, intentando cumplir con ese “derecho a decidir”.
Dimensionar la reforma judicial, es complejo, sobretodo en una impartición de justicia que es lenta, engorrosa, corrupta, con muchas lagunas legales y muy vulnerable para los más necesitados, por todo esto, es necesario involucrarnos en este nuevo episodio para la justicia de México.
Ya se verá en las elecciones del 2027 si el deprimente 13% de la población que participó en esta elección, incrementa. Seguramente esto dependerá del conocimiento social de los artículos que emplea la nueva Reforma Judicial, que entre otros, sobresale el de nombrar “jueces sin rostro”, para castigar delitos relacionados al crimen organizado.