Para el segundo semestre de 2020 en México observaremos dos eclipses penumbrales, el del 4 de julio y el del 30 de noviembre.
Los eclipses penumbrales son eclipses de Luna. Al ser un eclipse de Luna, es posible observarlo sin ningún instrumento óptico, solo necesitará de un cielo despejado y libre de estorbos como edificios o árboles.
Sin embargo, de contar con telescopio podrá apreciar los limites entre la sombra y la luminosidad, similar a las fases de Cuarto Creciente o Menguante, son las mejores observaciones de la Luna que puede realizar.
La Luna le da una vuelta a la Tierra cada 28 días, esto significa que en un momento la luna está entre la Tierra y el Sol y 14 días después, cuando ha recorrido medio camino alrededor de la Tierra, se encontrará detrás de la Tierra respecto al Sol. Sin embargo, no oculta al Sol ni entra a la sombra de la Tierra cada 28 días, es decir no tenemos un eclipse de Luna o de Sol cada mes. Esto se debe a que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra está inclinada 5º respecto al plano entre el Sol y la Tierra.
Solo hasta que coinciden tenemos un eclipse, ya sea de Sol o de Luna. Esto explica también porque cuando tenemos un eclipse, 14 días después aprox. habrá otro, la inclinación de la órbita ha variado poco. Por ejemplo, el 5 de junio hubo un eclipse penumbral y el 21 de junio uno de Sol, la órbita ha variado poco y este 4 de julio viene otro eclipse penumbral. Ya no habrá más hasta dentro de algunos meses. Los dos primeros no fueron visibles en México.
La diferencia entre un eclipse total o parcial y uno penumbral se debe a las sombras.
Al estar la Tierra iluminada por el Sol, la Tierra proyecta dos sombras, la umbra, la más obscura y la penumbra, la menos obscura. Cuando la Luna entra en la umbra tenemos un eclipse total de Luna o un eclipse parcial de Luna si entra parte de la Luna, cuando la Luna entra en la penumbra, tenemos un eclipse penumbral.