En el marco de la reunión del G7, con motivo de la escalada de tensiones bélicas en África, Europa y el Medio Oriente, a pesar de los llamados de unidad por parte de los países en este bloque, el presidente, Donald Trump, declaró que haber sacado a Rusia del grupo fue un “gran error”.

Los líderes de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, así como de los países integrantes de la Unión Europea (UE), dialogaron principalmente sobre el conflicto entre Irán e Israel. De esa forma, consideraron restaurar una apariencia de unidad entre las potencias democráticas.

Los primeros problemas en el encuentro se hicieron obvios cuando, mientras hablaban de establecer la paz, un funcionario estadounidense aseguró que el gobierno de Donald Trump se rehusaba a firmar un proyecto de declaración que pidiera la desescalada del conflicto entre Israel e Irán.

Más tarde, el republicano provocó más controversia al declarar, mientras yacía junto al primer ministro canadiense, Mark Carney, que expulsar a Rusia del G8, después de que en el 2014 se anexionara a Crimea, fue el mayor error que este bloque ha cometido en toda su historia, señalándolo como el inicio de una guerra.

“Fue un gran error. No tendríamos la guerra en Ucrania si no fuera por esto. Dicen saber que teníamos al enemigo en la mesa, pero ni siquiera se debió haber considerado, ya que en ese momento no era realmente una nación enemiga”, afirmó ante mandatarios europeos, creando una fuerte tensión.

Hasta el momento, el estadounidense se ha negado a firmar proyectos sobre migración, inteligencia artificial y cadenas de suministro de minerales críticos. Los líderes europeos y asiáticos afirman que ellos están de acuerdo en muchos de los temas, pero que la presencia del republicano ha atrasado las cosas.