El coordinador de gabinete del gobierno estatal, José Luis García Parra, confirmó, como lo había adelantado el gobernador Alejandro Armenta Mier en días pasados respecto a la negociación con la familia Hank Rohn, que se liquidará con 2 mil millones de pesos la deuda contraída para construir el Museo Internacional Barroco (MIB) en el sexenio de Rafael Moreno Valle, través de un esquema de Asociación Público Privada (APP), que por mucho tiempo se negó que fuera parte de la deuda pública estatal.
Según la información brindada, de 2016 a la fecha el gobierno de Puebla pagó 3 mil 974 millones de pesos por el MIB a la empresa La Peninsular Compañía Constructora y debería erogar 10 mil millones de pesos más hasta 2039, cuando concluyera el contrato.
No hay duda de que el costo de esta obra ha sido muy onerosa para el erario y la sociedad, incluso teniendo presente que el terreno sobre el que se construyó fue en primer término arrebatado a ejidatarios mediante el mecanismo de expropiación, para posteriormente en 2004, en el gobierno de Melquiades Morales Flores, ser “donado” al empresario Ricardo Henaine Mezher, para construir el parque metropolitano, el cual figuraba en la declaratoria de la reserva territorial Atlixcáyotl–Quetzalcóatl. En marzo de 2011 el gobierno estatal recuperó el predio de 18.7 hectáreas –donde se ubicaba el parque de diversiones privado Valle Fantástico–, para posteriormente construir el MIB, como parte del Ecoparque de la zona, que se inauguró en febrero de 2016.
Una obra polémica por su costo al igual que otras construidas en ese sexenio, que si lo vemos en comparación con presupuestos actuales, implica los recursos de un año con que cuenta la capital del estado para su funcionamiento o la construcción de seis hospitales, según lo invertido en las obras adicionales recientemente inauguradas en el Hospital de la Niñez de Puebla. Reflejo, sin duda, de las diferencias existentes en términos de prioridades de gobierno estatales, donde han prevalecido los grandes negocios en beneficio de diversos grupos de interés y en detrimento de resolver las necesidades más sentidas y apremiantes de la sociedad más vulnerable.
