El presente y el futuro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se han encontrado este martes por primera vez. Norma Piña, actual presidenta, y Hugo Aguilar, el titular electo, se han reunido en la sede del tribunal para lo que han denominado como “establecer las líneas de trabajo para dar continuidad al proceso de transición”. En un escueto comunicado, la Corte ha definido que se ha tratado de un “diálogo abierto, cordial, fructífero y con un ánimo de transparencia”. Aguilar ha afirmado a la salida del encuentro que van a hacer una “transición buena y tersa por el bien de México”.
Piña y Aguilar son los rostros del antes y el después de la reforma judicial. El proyecto, ideado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y ejecutado por su sucesora, Claudia Sheinbaum, ha tirado abajo la organización de la justicia en el país para reconstruirla entera en torno a la elección popular de los cargos judiciales. Piña, convertida en adversaria a la 4T en las mañaneras de López Obrador, representa lo que se va; y Aguilar, quien venció con más de seis millones de votos en la elección del 1 de junio, lo que llega. A mitad de camino, este encuentro.
“Todo está en orden”, ha dicho el presidente electo que, sin dar más detalles, ha adelantado que se van a “constituir grupos de trabajo para ir avanzando”: “Vamos a estar trabajando de manera continua”. La SCJN ha señalado que el “compromiso” es “integrar equipos de trabajo que den certidumbre y justicia a las personas justiciables y a la sociedad mexicana”. Todavía no fijaron la fecha para la próxima reunión, pero Hugo Aguilar ha sostenido que “todo va a caminar”.
El 1 de septiembre el máximo tribunal de México cambiará su composición casi por completo. Por un lado, el nuevo presidente de la Corte ya no será también el titular del Consejo Federal de la Judicatura (una institución que se parte ahora en dos: el Tribunal de Disciplina y el Órgano de Administración), por lo que habrá funciones que Piña sí tenía y que no dependerán ahora de Aguilar. Además, la SCJN va a pasar de 11 a 9 integrantes. A excepción de las ministras Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, todos serán nuevos y todos fueron colocados en los acordeones que Morena repartía en la elección para dirigir el voto.
El máximo tribunal también va a eliminar las dos salas, en las que resolvía la mayoría de los asuntos, para decidir todos los temas en conjunto en el pleno de la Corte. Este cambio impacta especialmente por el rezago que acumula la institución. La ministra Ortiz calculó que la nueva SCJN empezaría con más de 8.000 asuntos pendientes, con dos integrantes menos y la mayoría de ellos de nueva incorporación. En una entrevista con este periódico, Aguilar dijo estar todavía trabajando en cómo van a afrontar este aluvión de pendientes.
La llegada de este abogado mixteco, de 52 años, a la cumbre de una de las instituciones más exclusivas de México ha agitado el avispero del racismo en el país. Las críticas se dispararon, por ejemplo, por su elección de llevar una toga bordada en vez de la toga tradicional. “La mayoría de los comentarios negativos hacia mí parten del hecho de que no sé, no sirvo, soy indígena.