Concluyen campañas en la BUAP

Concluyen campañas en la BUAP

Escrito por:
Martha Berra

Praxis

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Este lunes 8 de septiembre finalizan las campañas de los tres candidatos a la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), para el periodo 2025-2029: Lilia Cedillo, César Cansino y Ricardo Paredes

Los tres aspirantes, presentarán ante el BUAP sus planes de trabajo, que en estos 10 días de campaña, han dado a conocer en las unidades acádemicas. Por lo que la comunidad estudiantil ha recalcado los canales de transmisión para conocer cada una de las propuestas, buscando que el proceso sea lo más equilibrado posible fomentando un voto informado.

Hay que resaltar que una de las mayores exigencias de los alumnos es la del voto universal; demanda prioritaria del pliego petitorio de los estudiantes en el paro de la BUAP en marzo pasado.

Porque con el voto ponderado, la voluntad de los estudiantes, se resume a lo que impongan las autoridades de la universidad y esa ya sabemos cuál es.

Si bien el voto universal le hace justicia a los Consejeros Universitarios, el voto ponderado viola el derecho de ejercer el voto libremente, fomentando la desigualdad entre el voto estudiantil con respecto al resto de la comunidad. Porque en la máxima casa de estudios, con el voto ponderado, los 121 mil estudiantes, a pesar de ser la mayoría de los votos, contra los 5 mil de los profesores, “valen menos”.

Sin embargo, el voto universal no le conviene, principalmente a quien ya lleva los dados cargados, evidentemente porque los resultados serían catastróficos y nada favorecedores para una elección que es decisiva y que debe apegarse a la legitimidad.

Dentro de esos resultados catastróficos tenemos la pérdida del control para la sucesión, porque el voto más susceptible en este momento es el del alumnado que no ha sido escuchado en sus peticiones que son muchas y que es clave para definir el resultado electoral.

También hay que resaltar que el voto universal desde una óptica electoral, además de los alumnos, beneficia ampliamente al resto de los candidatos porque intervendrían otros factores como la movilización masiva y el desgaste natural de quien ya se encuentra en la rectoría.

Así que los alumnos BUAP tendrán que seguir esperando a que algún día les otorguen el voto universal para elegir a su rector o rectora, mientras tanto siguen en su lucha de ser atendidos en todas las precariedades que enfrentan, aunque parece que eso también tardará.

Por lo pronto les toca escuchar los planes de trabajo que, seguramente nadie analizará mejor que ellos, sin dejar de lado al personal académico y administrativo que también enfrentan crisis, ante amenazas constantes de despidos o presión para el voto ponderado.

Finalmente, alguien no ha entendido que la comunicación institucional y en campaña no es cuadrada, ni sigue un manual de procedimientos, solo así se entendería por qué hay una crisis que no han sabido atender y que si sigue así, tarde o temprano se le saldrá de control.

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