La desgracia registrada en la Sierra Norte de Puebla, por la despiadada fuerza de las tormentas Jerry y Raymond, en la que suman, hasta el momento, 12 muertos, 11 desaparecidos, más de 80 mil damnificados y 38 municipios afectados, requiere de la solidaridad y el apoyo de todos los poblanos.
No es momento, aún, de buscar culpables, ni omisiones, ni arremeter contra la maldita corrupción que aparece por el abuso de quienes lucran siempre con la tragedia, sino más bien de pensar cómo ayudar a los afectados.
Ya habrá momento de ajusticiar o de exhibir a personajes siniestros y podridos como el edil morenista de Huauchinango, Rogelio López Angulo, quien fue reprendido ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, debido a que la gente lo acusó de haber sido omiso ante la desgracia generada por la histórica caída de agua en la región de por lo menos 3 días seguidos.
Todavía no es tiempo, tampoco, ni de ensalzar figuras ni de crucificar huevones y buenos para nada, eso se hará en su momento.
Eso sí, ojalá que la presidenta Sheinbaum y el gobernadorAlejandro Armenta Mier tomen nota de quienes de sus funcionarios y “amigos por interés” verdaderamente se preocuparon por los afectados de la Sierra de Puebla.
Porque evidentemente muchos prefirieron agacharse, hacerse chiquitos y dedicarse a sus informes, a sus redes y a disfrutar su fin de semana, que a trasladarse al punto de la desgracia para apoyar las labores de rescate.
¿Dónde estuvieron los juniors, con camisas desabotonadas hasta el ombligo, que siempre presumen un “trabajo intenso” al lado del gobernador del estado?
¿Qué fue del apoyo