La reciente detención de Nazario “R”, en Guadalajara, Jalisco, por parte de elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) y del Ejército Mexicano, ha destapado una compleja red de vínculos entre el crimen organizado y sectores del sindicalismo poblano, encabezados por el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Leobardo Soto Martínez y su aliado Oscar Pozos Vergara, pero también, por el Sindicato Libertad, liderado por Axel Bello.
De acuerdo con fuentes federales consultadas, Nazario R., fue identificado como operador logístico del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región centro del país, con presencia en los estados de Jalisco, Veracruz, Puebla y Tlaxcala. Lo que ha sorprendido a las autoridades es que el mismo personaje fue designado por Soto Martínez y Pozos Vergara como delegado de la CTM en el municipio de Oriental, cargo desde el cual habría ejercido control sobre obras de infraestructura y contratos laborales en la zona.
La relación entre Nazario R., y los aliados de la CTM se remonta a finales de 2023, cuando, bajo el argumento de “fortalecer la representación obrera en el oriente del estado”, Leobardo Soto anunció su nombramiento como delegado regional.
Desde entonces, Nazario R., comenzó a operar en distintas obras públicas y privadas, particularmente en los municipios de Oriental, Libres y Ciudad Serdán, donde se reportaron conflictos entre sindicatos y contratistas por el control de la mano de obra, todos estos con conatos de violencia. Incluso testigos que en su momento fueron invitados a reuniones privadas, aseguran que Nazario R., comentaba que trabajaba directamente con Óscar Pozos Vergara.
De acuerdo con versiones de trabajadores y representantes empresariales, el grupo vinculado a Nazario R., utilizaba métodos de intimidación y extorsión para obligar a las constructoras a aceptar sus condiciones. Estos hechos, hoy bajo investigación, se asemejan a los modos de operación documentados en otras entidades por células asociadas al CJNG.
Violencia en la autopista Puebla-Xoxtla-Tlaxcala
El tema cobró nueva relevancia tras los hechos violentos ocurridos hace unas semanas en la obra de ampliación de la vialidad lateral de la autopista Puebla-Xoxtla-Tlaxcala, actualmente suspendida por las autoridades estatales.
Testimonios recabados en el sitio señalan que un grupo de la CTM, encabezado por Leobardo Soto y Óscar Pozos irrumpió de forma violenta para exigir el control laboral de la obra, en contubernio con representantes del Sindicato Libertad que encabeza Axel Bello. La confrontación derivó en agresiones físicas y daños a maquinaria, con pérdidas millonarias lo que obligó a detener los trabajos y solicitar la intervención de las fuerzas de seguridad.
La coincidencia entre este episodio y la reciente captura de Nazario R., ha provocado una oleada de cuestionamientos sobre la infiltración del crimen organizado en sindicatos tradicionales, así como la posible utilización de estructuras laborales como fachadas para operaciones ilícitas.
Este presunto delincuente fue detenido tras una serie de cateos en Guadalajara, donde se le aseguraron armas largas, vehículos blindados y documentación relacionada con empresas constructoras que operan en Puebla y Veracruz. Las autoridades no descartan que parte de esos contratos se hayan obtenido mediante presión sindical o acuerdos coercitivos con constructoras locales.
El detenido enfrenta cargos por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, y es considerado una pieza clave en la logística financiera del CJNG, especialmente en el movimiento de recursos provenientes del robo de hidrocarburos y del cobro de “cuotas de protección” a empresas constructoras.
Hasta el momento, el principal personaje de los nexos sindicales y de otro tipo con Nazario R., Oscar Pozos, así como Leobardo Soto, no han emitido ninguna declaración pública sobre su relación con el detenido.
Expertos en temas de seguridad y trabajo sindical señalan que la cooptación de sindicatos por parte del crimen organizado se ha convertido en un fenómeno recurrente en el país. Las obras públicas, especialmente las vinculadas a carreteras, gasoductos y desarrollos industriales, representan una fuente de ingresos y control territorial que grupos como el CJNG buscan aprovechar.
En Puebla, los conflictos recientes en Huejotzingo, Coronango y Xoxtla han evidenciado una disputa por la “plaza laboral” entre agrupaciones obreras históricas y nuevos sindicatos que emergen con respaldo político o criminal.
La Secretaría de Infraestructura estatal confirmó que la obra en la autopista Puebla-Xoxtla-Tlaxcala seguirá suspendida hasta que se concluyan las investigaciones sobre los hechos de violencia. Mientras tanto, la FGR y la Secretaría de la Defensa Nacional mantienen abiertas líneas de investigación sobre los vínculos entre el CJNG y líderes sindicales, entre ellos los que operan bajo el amparo de la CTM en Puebla y el Sindicato Libertad.