El precio de la carne de res y los embutidos ha registrado un aumento significativo en el último año, lo que ha generado preocupación entre los consumidores poblanos. Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el precio de la carne de res ha subido un 18% en el último año, un incremento que afecta directamente el bolsillo de las familias.
Aumento en los precios
De acuerdo con los reportes del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), los productos de carne, en especial la carne de res, han experimentado uno de los aumentos más notables en la canasta básica, afectando no solo a los consumidores, sino también a los vendedores y restaurantes locales que dependen de estos productos. El costo de los embutidos, como salchichones, jamones y chorizos, también ha tenido un aumento significativo.
La subida en el precio de la carne se ha visto reflejada tanto en los mercados locales como en los supermercados y carnicerías, lo que ha provocado que los consumidores busquen alternativas más económicas, como carne de cerdo o pollo.
Causas del aumento
Diversos factores están detrás de este incremento en los precios de la carne de res, entre los que destacan:
- Inflación en los costos de producción: El alza en los precios de los insumos para la producción de carne, como el maíz y el forraje, ha elevado los costos de los productores ganaderos. Este aumento en los costos de producción ha afectado el precio final de la carne en el mercado.
- Aumento en la demanda internacional: La exportación de carne mexicana ha crecido en los últimos años, lo que ha reducido la oferta interna y ha incrementado los precios para los consumidores locales. Los principales destinos de exportación incluyen Estados Unidos y algunos países asiáticos.
- Factores climáticos: Las condiciones climáticas extremas, como sequías en ciertas regiones ganaderas, también han afectado la producción de carne, reduciendo el ganado disponible para sacrificio y, por lo tanto, aumentando los precios.
- Costos logísticos: El aumento en los costos de transporte y distribución de los productos cárnicos, especialmente en el contexto de los altos precios de los combustibles, ha encarecido la carne en los mercados locales.
Impacto en las familias poblanas
El aumento en los precios de la carne de res y embutidos ha afectado a las familias de clase media y baja, que destinan una gran parte de su ingreso al consumo de proteínas animales. Patricia González, madre de familia en Puebla, comentó: “La carne siempre ha sido un alimento importante en nuestra dieta, pero este aumento nos está obligando a reducir su consumo. Estamos buscando otras alternativas para alimentar a nuestros hijos de manera saludable, pero más económica”.
Los mercados municipales y las tiendas de abarrotes también han sido impactados por los altos precios, lo que ha obligado a algunos comercios a ajustar sus precios o a ofrecer productos alternativos de menor costo.
Reacciones de los productores y comerciantes
Por su parte, los productores ganaderos argumentan que el alza en los precios es consecuencia de la combinación de factores externos que escapan a su control. Miguel Ángel García, presidente de la Unión Ganadera Regional de Puebla, explicó que, aunque se están haciendo esfuerzos para mejorar la producción y el manejo del ganado, los aumentos en los costos de producción y la disminución en el suministro de forrajes siguen siendo problemas significativos.
Los carniceros también han expresado preocupación, ya que el incremento en los precios afecta no solo a los consumidores, sino también a sus márgenes de ganancia. Luis Rodríguez, propietario de una carnicería en el centro de Puebla, comentó: “Aunque tratamos de no trasladar todo el aumento al precio final, es imposible mantener los precios antiguos debido a los costos que nos imponen los proveedores. A veces los clientes se quejan, pero no podemos hacer mucho más”.
Alternativas y soluciones
Con el aumento de los precios de la carne, muchas familias y comerciantes están buscando alternativas para mitigar el impacto económico. Entre las opciones más comunes se incluyen:
- Consumo de carnes más baratas como pollo, cerdo o pescados.
- Incorporación de fuentes vegetales de proteína, como frijoles, lentejas, tofu y otras legumbres.
- Compra en mercados locales donde se pueden encontrar precios más competitivos y negociar con los proveedores.
El gobierno estatal y municipal aún no han anunciado medidas específicas para contener el aumento de los precios de la carne, pero se espera que los productores y las autoridades trabajen en conjunto para encontrar soluciones a largo plazo.









