Tokio, Japón. — Un fuerte terremoto de 7.6 grados en la escala de Richter sacudió la costa norte de Japón este lunes 8 de diciembre, lo que provocó una alerta de tsunami en varias regiones cercanas al epicentro. Según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), el sismo ocurrió a las 8:35 a.m. hora local, con el epicentro ubicado en el mar de Ogasawara, al noreste de la isla Honshu, a unos 300 km de la costa.

El terremoto fue sentido con gran intensidad en Tokio y otras ciudades cercanas, lo que generó pánico entre los habitantes, que rápidamente buscaron refugio en áreas seguras. Las autoridades han activado las alarmas de tsunami para las costas de Miyagi, Fukushima y otras prefecturas del noreste del país.

Alerta de tsunami y medidas de seguridad

En respuesta al terremoto, la Agencia Meteorológica Nipona emitió una alerta de tsunami de hasta 3 metros para algunas zonas costeras. Se ha instado a los residentes a evacuar áreas bajas y dirigirse a puntos más altos para evitar posibles inundaciones causadas por el mar.

A pesar de la magnitud del sismo, las autoridades locales no han reportado daños significativos hasta el momento, aunque continúan evaluando la situación. Equipos de emergencia y personal de la Policía de Japón están realizando tareas de rescate y monitoreo en las áreas más afectadas.

Reacciones y consecuencias

El terremoto también ha provocado interrupciones en los servicios públicos en algunas partes del país, incluyendo el transporte ferroviario y el suministro eléctrico. Varios trenes de alta velocidad en la región han sido detenidos como medida preventiva, mientras que las autoridades están inspeccionando las infraestructuras para garantizar la seguridad.

En cuanto a la alerta de tsunami, se ha informado que las olas podrían alcanzar los 3 metros en algunas zonas, lo que ha generado preocupación entre los habitantes de las zonas costeras, que se están desplazando hacia áreas más elevadas.

Japón y su vulnerabilidad sísmica

Japón es uno de los países más sísmicamente activos del mundo, debido a su ubicación en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, donde se encuentran varias placas tectónicas. El país está acostumbrado a lidiar con terremotos y tsunamis, y cuenta con estrictos protocolos de seguridad y evacuación, aunque eventos de gran magnitud como el de este lunes siempre representan un desafío.

Las autoridades han continuado emitiendo advertencias y están monitoreando el comportamiento del océano para determinar si hay más réplicas o un posible incremento en la magnitud de las olas.