La importancia de un mensaje presidencial

Los seres humanos tomamos decisiones todos los días. Esas decisiones las tomamos en base a la información de la que disponemos. Algunos se informan cada mañana, mediante un noticiero o una aplicación, acerca del clima, para poder decidir el tipo de vestimenta que se usará durante la mañana o la tarde, otros, simplemente observan el cielo para tener información que necesitan para decidir que van a vestir.

Si no se cuenta con la información adecuada, se llegan a tomar malas decisiones que van a afectar el bienestar de cada uno. Siguiendo con el ejemplo, si el pronóstico del tiempo informó que sería un día soleado, y se tomó esa información como verdadera, y después resultó que fue un día frío y lluvioso, posiblemente terminaremos enfermos.

Hay decisiones que afectan a un número importante de personas, incluso a un país entero, o al planeta mismo. Esas decisiones son tomadas por personas que, en teoría, deberían contar con la mayor y más precisa información para decidir correctamente. Esa es la base que se sigue al elegir Gobernantes, se eligen personas capaces para que puedan, con la base en el aparato de gobierno, decidir por la mayoría de nosotros. Estos gobernantes son empleados a los que el pueblo contrata para manejar correctamente la información y tomar las mejores decisiones. A estos empleados se les paga con una parte de las ganancias que se obtienen al trabajar, y que estos mismos empleados recaudan bajo el nombre de impuestos.

Lo mínimo que se le podría exigir a estos empleados, es que nos informen correcta y oportunamente de las decisiones que se están tomando, pues para eso fueron contratados. En México, se está viviendo una era en la que la información ha sido manipulada a tal grado, que ya ha costado, y sigue costando miles de vidas humanas. La persona más y mejor informada en este país es, en teoría, el presidente de la República, y muchos escuchamos su información atentamente para saber qué decisiones tomar en nuestra vida cotidiana.

En muchos países del mundo, las más altas autoridades envían mensajes con mucho cuidado, pues saben la enorme responsabilidad que implica informar de manera adecuada. En México. la información que brinda el presidente es en muchas ocasiones, medias verdades que se convierten en medias mentiras. La mala información que se ha dado respecto del uso de cubrebocas durante la pandemia, por parte del presidente, ha ocasionado que muchas personas se hayan contagiado y, en muchos casos, fallecido posteriormente.

La responsabilidad que tiene un presidente de la República al emitir un comunicado, al expresar una opinión en redes sociales, al presentarse en una rueda de prensa, es muy diferente a la de un ciudadano común, pues, como en el caso de los cubrebocas, termina costando vidas humanas. Lo mismo sucede con los secretarios de Estado, con los Gobernadores y hasta con los presidentes municipales.
Desafortunadamente los ciudadanos nos hemos dado cuenta, desde hace mucho, que no se puede confiar en la información que provenga de los órganos de Gobierno. Muchos confiaban que con la llegada de AMLO a la presidencia esta situación cambiaría, y la realidad es que ha empeorado.

Como ejemplo tenemos aquella comparación que hizo AMLO en Veracruz, al relacionar a los animalitos y los mexicanos diciendo que “a un perrito o a cualquier animalito no se le dice ¡vete a buscar tus alimentos! ¡No! El dueño, el que quiere a ese animal, lo protege, y le da de comer. ¿Por qué a los seres humanos no? ¿Cuál es la misión del gobierno? Lograr la felicidad del pueblo, proteger al pueblo” exclamó el presidente.

Cuando el máximo dirigente de un país envía este mensaje, la interpretación que se le puede dar es que hay seres humanos que son incapaces de alimentarse por sí mismos, que son incapaces de hacer algo sin la ayuda de su dueño, en este caso, el gobierno.

Habrá quien entonces decida ya no trabajar y dejar que el gobierno le regale los alimentos. Así de peligroso es este asunto, así de grande es la responsabilidad de un mensaje que envía el titular del poder Ejecutivo de esta Nación.
Alguien mencionó que no se le hiciera mucho caso, que la sobreexposición que tiene a los medios hacía que, de repente, ya no razonara bien lo que estaba diciendo. Eso es más peligroso todavía, pues entonces tenemos un presidente que, por la razón que sea, ya no sabe ni lo que dice, y eso que es el hombre mejor informado del país.

La información en sí, no es buena ni mala, es una herramienta que se utiliza para tomar decisiones. Como ciudadanos cuidemos de dónde obtenemos la información que utilizamos en nuestra toma de decisiones. Hay medios objetivos y veraces que no tienen mayor compromiso que el de informar para que cada uno forme su propia opinión.
Porque es cierto, la opinión pública se construye compartiendo ideas. Una opinión pública fuerte va a construir un país fuerte. Informémonos bien, para construir un país cada vez más fuerte.