Una mala administración de los recursos y una mala gestión pública, pueden destruir por completo los sueños de los individuos, los sueños de las familias, los sueños de comunidades enteras, los sueños de un país. Hay, tristemente, muchos ejemplos en América Latina de esta situación. Desde la Cuba bulliciosa, ahora convertida completamente en ruinas, hasta Venezuela, aquella República que llegó a ser el país más rico de Latinoamérica, ahora arroja un impactante 90% de pobreza en su población.
Una mala gestión puede producirse en cualquier lado, incluso en países del primer mundo, como es el caso de Detroit, Michigan ciudad algún día llamada “Motor de América”, porque las principales armadoras de autos a nivel mundial se encontraban en esa ciudad. Hoy, al llegar a esa ciudad, la policía local advierte a los visitantes que están bajo su propio riesgo, pues la policía es incapaz de contener la ola delincuencial. ¿Qué pasó? La soberbia de parte de los líderes sindicales y políticos provocó que las armadoras mudaran sus plantas a otros países, entre ellos México, dejando a Detroit sin su fuente de ingresos y sumiendo a su población en una situación de desempleo que poco a poco los llevó a la ruina total.
Hay que tener cuidado porque todo aquello por lo que hemos luchado, todo aquello por lo que hemos trabajado, se puede perder en un abrir y cerrar de ojos si no lo sabemos defender correctamente. Necesitamos elegir a las personas correctas, a las personas con los mejores perfiles, a los mejor preparados, para que hagan una gestión de todos lo recursos económicos y sociales de manera adecuada.
Si no le damos la atención adecuada, si no tomamos con toda la seriedad el elegir correctamente a nuestros gobernantes, si no exigimos resultados positivos, corremos el peligro de ser el próximo país en ruinas. Tenemos que ver más allá de las ideologías, más allá de las simpatías políticas y personales. Los servidores públicos son nuestros empleados, les pagamos con nuestros impuestos. No importa que se sientan reyes que quieren vivir en un Palacio, viven de nuestro trabajo, y tenemos que exigirles buenos resultados.
A este país le hace falta verdaderos líderes que guíen a los mexicanos a una verdadera transformación hacia el progreso. Los actuales gobernantes están más preocupados por mantenerse en el poder que por el bienestar de la población. En este país se han tomado decisiones que son verdaderos crímenes de lesa humanidad. El manejo que se le dio a la pandemia es verdaderamente criminal. Todavía aparece un presidente enfermo en su primer mensaje a la nación, sin cubrebocas, dando un ejemplo de irresponsabilidad, sin una sola palabra de aliento para los miles de enfermos, sin una palabra de consuelo para los millones de mexicanos que sufren por el criminal manejo que se ha dado a este país.
Treinta millones de mexicanos votaron por Andrés Manuel López Obrador, muchos lo idolatran, lo veneran. Este ídolo de barro les aconsejó a sus seguidores salir, abrazarse, se ha cansado de decir que vamos bien, que ya domó la pandemia, y sus seguidores siguen creyendo cualquier cosa que diga, siguen cualquier ejemplo que exprese. Si el presidente no usa cubrebocas aun estando enfermo, ¿Cómo se puede exigir que los demás lo hagan?
Este espacio ha sido criticado muchas veces por señalar las fallas del gobierno, por cuestionar sus acciones. Cuestionar es parte de lo que nos hace humanos. La obediencia ciega, la repetición del dogma, nos condena a ser un mamífero amaestrado. El ejercicio periodístico nos obliga a señalar cuando se dicen mentiras, cuando los dichos no son congruentes con las acciones, cuando lo que se informa no coincide con la realidad.
El mundo en general está viendo con malos ojos el manejo que se dio a la pandemia en este país, el mundo está viendo a México como una amenaza a la salud de sus ciudadanos. Canadá canceló los vuelos desde México. Lo mismo Cuba, así es, Cuba no quiere que los mexicanos visiten su isla. Guatemala cerró su frontera y canceló los vuelos provenientes de México. ¿Ese acto nos convierte en Guatepeor? Poco a poco, el gobierno de la 4T nos está convirtiendo en personas non-gratas a nivel mundial, esa ha sido su cuarta transformación.