A escasos días de que de manera oficial se conozcan los nombres de quienes aparecerán en las boletas electorales del próximo 6 de junio, San Martín Texmelucan y San Andrés Cholula destacan en esta entrega porque los abandera Morena, los gobierna una mujer y ambas presidentas municipales buscan la reelección en sus municipios, para continuar con una serie de corruptelas que dejan claro que el poder se les subió a la cabeza y que no piensan desperdiciar la oportunidad de repetir plato cargado de mieles de poder que abarcan desde desvío de recursos, hasta encubrimientos ilícitos de sus allegados.
Empezamos por San Martín Texmelucan, un municipio que en los casi 2 años y medio que lleva de administración Norma Layón, ha cambiado 5 veces al comisario de Seguridad Pública, el talón de Aquiles del municipio que actualmente se encuentra hundido por la corrupción que se maneja en esa área y en general en todas las áreas de la comuna que según versiones de los más allegados a la presidenta municipal y a su mano derecha, ha sido muy generosa con esa mano que mese la cuna al interior del ayuntamiento (por eso está como está), Manuel Hernández Durán, quien funge como director de Bienestar Social y quien recibió de su jefa un departamento en Punta Cascatta en Lomas de Angelópolis, obsequio con un valor superior a los 2 millones y medio de pesos, por ser el esbirro de Layón Aarún y por encubrir todas y cada una de las fechorías que se han cometido al interior del ayuntamiento.
Ha sido el propio Manuel quien a través de sus redes sociales ha publicado fotografías de su acogedor hogar, adquirido probablemente con recurso de la comuna texmeluquense, además de que ya se alistó para aparecer en las boletas de junio próximo como candidato a diputado local por el distrito 7, campaña que al igual que su jefa, pretenden pagar con dinero de los texmeluquenses, ya que también acusan al todavía director, de cobrar más de una nómina, es decir, más de un salario en el ayuntamiento, dados de alta en Recursos Humanos como “aviadores”.
Además de esto, destacan los escándalos amorosos de la presidenta municipal, quien lejos de dejar su vida privada en casa, se ha caracterizado por generar conflictos internos en su lugar de trabajo, pues se ha involucrado sentimentalmente con su equipo de trabajo como por ejemplo, con uno de sus regidores, romance que duró un suspiro pues éste al ser casado, tuvo que poner fin a la relación que sostenía con Norma Layón, misma que no dudó en hacer notorio el rompimiento, despidiendo a todos los familiares y allegados del funcionario, ya que fueron contratados gracias a la relación extramarital que sostenían, misma que al verse expuesta en medios locales, finalizó, no sin antes ejercer su jerarquía sobre el regidor.
También sobresale la nula operatividad en Fomento Económico y Obra Pública, áreas de gran importancia para el municipio, ya que en la primera se otorgan los permisos para los ambulantes (descontrolados) y en la segunda se ejerce la mayoría del recurso anual, dinero que hoy por hoy han utilizado únicamente para tapar baches y pavimentar la calle que da acceso al negocio familiar de la edil, la funeraria de su padre, aunque últimamente se le ha visto activa en las juntas auxiliares a través de sus redes sociales, como buen acto anticipado de campaña, aprovechando su papel de aún alcaldesa.
En el segundo caso se encuentra San Andrés Cholula, gobernado por Karina Pérez Popoca, quien también ha destacado en ese municipio por una serie de anomalías en su administración entre las que tenemos la desviación del recurso a través de la dirección de Comunicación Social, adjudicaciones directas para la empresa de su esposo, encubrimiento por abuso sexual por parte del edil auxiliar de Tonanzintla, así como la expropiación de un terreno en Tlaxcalancingo.
A diferencia de Norma Layón, Pérez Popoca había destacado en su papel de mujer empoderada por el apoyo a las sanandreseñas, pues en sus discursos siempre destacó la oportuna intervención del género femenino en su municipio, pero parece ser que sólo es buena para aprenderse los paráfraseos conmovedores de alguien que viene de abajo y logró llegar arriba con mucho bla bla bla y poca acción.
Entre los escándalos y los principales motivos por los que Morena no debe seguir gobernando a este municipio con un recurso superior a los 1600 millones de pesos anuales, se encuentra el desvío de 42 millones de pesos a través de E-Tek, empresa de Javier Elías Amaxal, esposo de la edil que bajo el pretexto de instalar cámaras de video vigilancia, fueron otorgados por adjudicación directa, pero directa a las cuentas bancarias del matrimonio. Información que se encuentra en el portal de Transparencia, al igual que los contratos para medios de comunicación que probablemente si hubieran sido nacionales le hubieran hecho más descuento por publicar sus boletines.
Finalmente, ambas presidentas creen tener “al toro por los cuernos” al gozar del recurso del erario y de su poder al frente del gobierno municipal para hacer campaña y de esta manera, reelegirse para terminar de llenar sus bolsillos junto con sus allegados que, gracias al golpe de suerte de la 4T o la ola Morena, fue posible.