Dicen que en la política no tienes amigos y que las casualidades no existen, y yo estoy muy de acuerdo con estas hipótesis, ejemplos hay muchos pero la realidad que ya nos alcanzó como sociedad, es la del miedo, la de la paranoia, la del mensaje siciliano que pocos quieren ver o que pocos entienden, este es el mensaje de las bombas.
Lo que ocurrió en Salamanca, Guanajuato el fin de semana pasado, donde dos personas perdieron la vida tras recibir un “regalo” que resultó ser una bomba, es un reflejo de que el narcotráfico a través de sus esbirros está reacomodándose o bien, está operando a todas luces con el apoyo de las autoridades de cada región, tan es así que Eduardo Ramírez Flores, el presunto responsable de la explosión de la bomba-regalo, en compañía de su esposa Georgina, es hijo del exdiputado local Baldomero Ramírez Escamilla y hermano del regidor perredista del ayuntamiento de Valle de Santiago, Romeo Ramírez Flores, por lo que sí hay un acercamiento a la vida política de Guanajuato.
Mientras las autoridades continúan con sus investigaciones, ya se hicieron públicos nombres y cargos, parentescos y hasta cantidades que supuestamente orillaron al autor intelectual a cometer el crimen, pero que según las autoridades de allá, no se trata de terrorismo, ni de una banda delincuencial como la del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), simplemente se trata de un ajuste de cuentas entre particulares, muy conveniente a mi parecer, tomando en cuenta la teoría de que no hay casualidades.
Días después, en la capital poblana, sucedió un modus operandi similar al de Salamanca, con la diferencia de que en esta ocasión, la intención no era matar a nadie, de lo contrario, hubieran hecho llegar el paquete en mano al igual que el del regalo, pero la intención sí era amedrentar a los habitantes de la casa y en general a todos los vecinos que habitan en esa zona, pues el bombazo le ocasionó crisis nerviosa a más de una persona, por lo que el cometido de asustar sí se logró.
En el caso de Puebla, trascendió que uno de los tres habitantes de la casa afectada, tenía poco tiempo de haber salido de prisión por delitos contra la salud, por lo que de una manera u otra, el narcotráfico vuelve a hacerse presente en mi teoría, tanto que es la Fiscalía General de la República la encargada de investigar el suceso, aunque seguramente en la hipótesis de las autoridades para los ciudadanos, (que por cierto, obstaculizan a la prensa), todo se trata de un ajuste de cuentas que se llevó a cabo con una bomba casera.
Si tenemos suerte, y como medios de comunicación, acceso a los peritajes finales que demuestren cómo y de qué estaban hechas estas bombas, se podría tener un amplio panorama del cartel o banda delincuencial responsable, que en el caso del CJNG utiliza explosivos como los de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según un informe de seguridad elaborado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), donde también indica que los cárteles mexicanos, además de droga y armas, obtienen de organizaciones internacionales estrategias para su expansión.
Este informe dice que el CJNG utiliza un explosivo con forma de papa, de elaboración casera y mortífero, incluso para quienes lo manipulan, debido a sus compuestos, entre los que hay tuercas y clavos envueltos en papel aluminio, con esto no quiero decir que sea el CJNG el responsable de los bombazos en Salamanca o en Puebla, pero sí quiero decir que hasta en las bombas hay formas y tienen un por qué.