IMSS colapsado

IMSS colapsado

Escuchar las siglas “IMSS” resulta siempre sinónimo de malos recuerdos, malos tratos, nepotismo, corrupción y tal parece que cada día que pasa, el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene la indicación de no sólo llevar al colapso a su derechohabiencia sino también su infraestructura.

Enfocándome en Puebla, el Hospital General de la Zona 20 o mejor conocido como “La Margarita” está atravesando una crisis que lo está llevando al colapso a trece años de su inauguración ya que ya no se da abasto para la atención a los usuarios y sus instalaciones son propias de un nosocomio con muchos más años de servicio.

En los últimos días han abundado las quejas sobre el mal estado en el que se encuentra el único elevador que tiene este hospital debido al exceso de peso y a la falta de mantenimiento, además de las fugas de agua que también han quedado evidenciadas en videos y por si fuera poco la falta de personal para atender a todas las personas que día a día visitan por necesidad esta parodia de clínica clandestina.

No cuentan con las medidas de higiene básicas para la atención a los pacientes, esto ha quedado documentado gracias a las redes sociales donde los propios usuarios han demostrado las condiciones insalubres en las que son tratados y la realidad es que los días pasan y ninguna autoridad de ningún nivel jerárquico ha podido solucionar el problema que parece ser el cáncer del sector salud público en México.

El director general del IMSS a nivel nacional, Zoé Robledo; la delegada en Puebla, María Aurora Treviño; el Secretario General del Sindicato Nacional, Arturo Olivares y el Secretario General del Sindicato en Puebla, Sergio Herrera, son cuatro personajes que en este momento gozan de las mieles de sus respectivos cargos para recomendar “al primo de un amigo”, para licitar cuanto producto o servicio los pueda seguir manteniendo una vez terminado su periodo, para vender plazas, entre otras corruptelas, que no les queda tiempo para atender su trabajo real.

La omisión y la indolencia ante la situación que atraviesa el Seguro Social por parte de sus directivos se ve reflejada todos los días en su interior, tal vez habrá que esperar a que ocurra una desgracia para que hagan algo, eso en el peor de los casos, porque en palabras más amables, toda su derechohabiencia tendrá que esperar los tiempos idóneos en los que  tengan que prometer arreglar un elevador, tratar dignamente a un paciente y tapar los agujeros a cambio de un voto…