Este 12 de junio, una parte de la sociedad estadounidense fue escandalizada por las imágenes que rondaron en las redes sociales en donde se ve al senador californiano, Alex Padilla, siendo empujado violentamente por elementos de la Policía para después ser derribado y esposado por los elementos de seguridad.
¿La razón? El representante, nacido en California, pero de padres mexicanos, quería hacerle una pregunta a Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, que estaba ofreciendo una conferencia de prensa en torno a las redadas migratorias impulsadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Los Ángeles.
“Él estaba en el edificio federal para recibir un reporte del general Guillot y estaba escuchando la conferencia de prensa de la secretaria Noem, trató de preguntar cuando fue llevado al suelo y esposado”, relató la oficina de Padilla, revelando que, aunque fue esposado, no está detenido.
Por su parte, el departamento de Seguridad Nacional emitió un comunicado en donde afirman que los oficiales le “dijeron repetidamente” al senador que se alejara, y ante su negativa, miembros del servicio secreto pensaron que “era un agresor”.
Noem se habría reunido con Padilla tras el incidente, según el mismo comunicado.
En las imágenes se aprecia cómo Padilla se acerca a la conferencia de prensa, aclara que es un senador, y menciona que tiene “algunas preguntas” para Noem. Momentos después, miembros del cuerpo de seguridad comienzan a empujarlo hasta las afueras de la habitación, para después tirarlo al suelo y esposarlo.
“No me toque”, fue lo último que se escuchó del senador en el video antes de ser removido de la sala de prensa.
El incidente contra el senador latino provocó una ola de indignación dentro del Partido Demócrata y en al menos una representante del Partido Republicano, quienes repudiaron el actuar de los elementos de seguridad y la escena en donde un miembro del Congreso terminó esposado y en el suelo.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, mostró su rechazo ante el trato recibido por Padilla, exigiendo una investigación para saber qué fue lo que originó el “maltrato” al que fue sometido.
“Acabo de ver algo que me ha revolcado el estómago: el maltrato a un senador de los Estados Unidos. Necesitamos respuestas inmediatas sobre qué demonios ha pasado”, sentenció Schumer.
Por su parte, la senadora republicana, Lisa Murkowski, también vocalizó su disgusto por el trato contra su colega, calificando la escena de su expulsión violenta de la sala como “incorrecta y repugnante”.
No es la primera vez que el Gobierno de Donald Trump detiene a un funcionario demócrata. El 9 de mayo, elementos policiacos detuvieron a Ras Baraka, alcalde de Newark, Nueva Jersey, durante una visita a un centro de inmigración privado, acusándolo de allanamiento.