AMLO libre de expresarse a nivel nacional, pero los ciudadanos no

AMLO libre de expresarse a nivel nacional, pero los ciudadanos no

El objetivo de la mañanera es evadir los problemas reales del país, es una fábrica de cortinas de humo para ignorar los doscientos mil muertos por la pandemia en números oficiales, para no hablar de que no hay vacunas, de que la cadena de suministros para la vacunación es un desastre, que las pérdidas de PEMEX son multimillonarias y sus deudas impagables, que se está condenando a generaciones futuras por darle la espalda a las energía limpias privilegiando los contaminantes para la producción de electricidad, que este gobierno dice tantas mentiras que nos podríamos pasar días enteros demostrando que sus dichos están muy alejados de la realidad. 

El presidente no da respuestas, cuestiona a todo el que lo cuestiona o simplemente lo evade. El presidente no da resultados, reparte culpas. El presidente no informa, hace propaganda. El presidente no enfrenta los problemas, se esconde detrás de frases pegajosas y distractores, muchos distractores. Treinta mujeres violadas al día, diez mujeres asesinadas al día no le interesan. Lo que le interesa, lo importante es que Félix Salgado Macedonio llegue a ser Gobernador aun con sus cinco denuncias por violación. Las imágenes que circularon en diversas redes sociales, en distintos medios de comunicación hablan por sí solas. Policías golpeando reporteros gráficos, gas lacrimógeno. Escenas que, aunque ahora se repiten con mayor frecuencia, tienen un común denominador, la falta de dialogo, la falta de empatía.
Protestas que se salen de control por no ser escuchadas, porque los años de lucha se topan con una barrera metálica, con un gobierno que hace todo lo posible por evadir la responsabilidad de lo que sucede con las mujeres mexicanas.

Por órdenes del presidente la muralla tiene nombre: el muro de la paz. De un lado están los sepulcros y del otro la paz de Palacio. El Supremo necesita silencio para oírse, nadie debe interrumpir sus sueños. Los que hablan y los que exigen son un obstáculo de sus delirios. El presidente camina en su laberinto y dice que los muros son mejores que los granaderos. Los caminos sin salida son lo suyo. Lo importante es que no haya ni muros ni golpizas, lo importante es escuchar algo más que su voz y, por supuesto, abandonar los delirios y enfrentar la realidad. Tras la muralla vive el gran solitario del palacio, el hombre sordo y aislado, el que habla del pueblo y no ve al pueblo, el que usa un lenguaje inclusivo y desprecia a las mujeres, el que vuelve realidad sus sueños, aunque ellos impliquen muerte y miseria.

El que confía en que el pueblo bueno lo cuida, y pone murallas con la guardia nacional, que bueno que terminó con el estado mayor presidencial, que terminó con un gobierno de lujos, que son otros y que hay otro México, secuestrado por su ego, y solo en su cabeza es otro México. En sus delirios, piensa que la lucha feminista es de mujeres conservadoras, manipuladas, pagadas para derrocar a su gobierno.

México debe defender la libertad para expresar sus ideas. Sin libertad de pensamiento no puede haber tal cosa como la sabiduría. La sabiduría no puede existir si no podemos pensar libremente. No puede haber tal cosa como libertad de publicación sin libertad de expresión, que es el derecho de cada ciudadano en la medida en que ésta no dañe o controle el derecho de otro, ese debe ser el único límite de la libertad de expresión.

El sagrado privilegio de poder expresarse libremente es una parte fundamental de los pueblos libres. Este privilegio es tan esencial para los gobiernos libres, que la propiedad privada y la libertad de expresión van siempre unidas. Hay ya muchos ejemplos de naciones que cayeron en manos de un dictador, y en esos desdichados países dónde el ciudadano no puede expresar libremente sus ideas, difícilmente puede hacer que ese ciudadano pueda ser propietario de nada. Quien quiera derrocar la libertad de una nación, debe comenzar por someter la libertad de expresión. Limitar o querer controlar la libertad de expresión es propio de tiranos.

Qué los ciudadanos deben hablar bien de sus gobernantes, eso es muy cierto, mientras sus gobernantes sean merecedores de ello. Pero prohibir opiniones sin escucharlas, es solo una prerrogativa y la felicidad de la tiranía. Un pueblo libre demostrará que lo es por su libertad de expresión. Subrayando que siempre y cuando esta libertad de expresión no atente con los derechos de terceros. Un pueblo verdaderamente libre expresará de forma responsable sus ideas y respetará aquellas con las no comulgue. Un pueblo sabio es aquel que vive su libertad sanamente, que no llega a la violencia para poder ser escuchado. Un pueblo libre convive en una sociedad donde reina la Paz.