Conacyt, las dos caras de la moneda y un volado

Resulta increíble que un país que no destaca ni en ciencia ni en tecnología como lamentablemente lo es nuestro México, esté persiguiendo a sus científicos, de tal manera que hasta un juez federal, desestimó la denuncia por falta de elementos, es decir, porque carecen de pruebas las acusaciones en contra de los 31 científicos que laboral en el CONACYT.

Se les acusa de peculado, lavado de dinero, uso ilícito de atribuciones y facultades y delincuencia organizada, delitos que según la FGR, fueron cometidos por los exintegrantes del Foro Consultivo del CONACYT en la pasada administración de Enrique Peña Nieto, donde recibieron más de 200 millones de pesos para gastos operativos y actividades que por ley le corresponden al CONACYT.

Aquí hay dos caras de la moneda y un volado; en una cara tenemos a un presidente quien asegura que los científicos  denunciados se sienten perseguidos porque ya no pueden mantener los “privilegios” que tenían  en la administración pasada; la segunda, unos científicos que tienen incluso el apoyo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación porque no hay elementos suficientes en su contra, pese a que la Fiscalía General de la República si o si quiere su aprehensión, y finalmente el volado, Mariana Imaz Sheinbaum, hija de la jefa de gobierno en CDMX, Claudia Sheinbaum, donde descaradamente la funcionaria dijo “no utilicé influencias para mi hija” pero que “casualmente” es una privilegiada al recibir más de un millón de pesos como apoyo académico, también por parte del CONACYT, cuando tenemos cientos de miles de estudiantes esperando ridiculamente la condonación de una cuota escolar, de verdad que resulta increíble.

Tenemos un gobierno corrupto y mal informado, de esos que tiran la piedra y esconden la mano; por una parte López Obrador mostró un reporte, que dijo le había enviado la titular del CONACYT, María Elena Álvarez Buylla, en el que señala que entre 2002 y 2018 la asociación civil recibió alrededor de 100 millones de pesos para proyectos de ciencia y tecnología, y 471 millones para cubrir gastos de operación, sin embargo, cuando Álvarez Buylla fue interrogada por la prensa dijo “no sé de qué me hablan”, otra vez, increíble, pero también ridículo…