Año 2007, cursaba el primer año de secundaria y recuerdo perfectamente la materia de Historia Universal en la que en uno de sus exámenes y a pregunta expresa decía que la Doctrina Monroe era “América para los americanos”.
La Doctrina Monroe fue promovida en Estados Unidos en un intento por distanciar a los europeos de América Latina y declaraba que cualquier intervención de los países europeos en América sería vista como un acto de agresión.
Trasladando esto a nuestro México, el actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, se inventó durante su gira de trabajo por Cuba, una Doctrina Monroe, solo que esta dice “México para los Cubanos”, en la que todo aquel mexicano que estudie o ejerza la noble profesión de la medicina será excluido de las oportunidades laborales para darles paso a los médicos cubanos.
La postura absurda del jefe del ejecutivo federal al afirmar que los médicos mexicanos no quieren asistir a trabajar, a mi juicio muy grave, resulta también muy denigrante para aquellos que destinan toda una vida en el estudio de la medicina para que finalmente sean reemplazados por 500 médicos cubanos que según él, no desprecian el trabajo en comunidades lejanas.
El tema de la colaboración entre países siempre ha sido benéfica, sin embargo, ningún representante de ningún país debería ser candil de la calle y oscuridad de su casa, velando por los intereses de otros cuando su gente no tiene el mínimo apoyo para tratar dolencias básicas en el sector salud y sí, México sufre de esa y otras dolencias que le son indiferentes a quien se supone, debería resolverlas.