“Empujar al elefante echado, reumático y mañoso”, es como el presidente Andrés Manuel López Obrador, justificó su “decretazo”, que en realidad no es un decreto, sino un acuerdo que tuvo que hacer, según él, para que al interior del gobierno no se tarden en la aprobación de sus proyectos ya que, a través de este acuerdo, todas las dependencias federales tienen la obligación de aprobar los proyectos del Gobierno, lo que enciende las alarmas, porque dicen los que saben, que esto es una evidente violación al artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al menos así lo manifestó el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Suponiendo que el acuerdo perdure y se mantenga, ya se empieza a plantear un futuro de lo que resultará, poniendo en riesgo la disponibilidad de agua, afectando a los habitantes de las zonas donde se construya obra pública o infraestructura. También tendría como finalidad un ecocidio, aniquilando bosques, manglares y selvas, así como la fauna que resguardan los ecosistemas donde pretende construir, por ejemplo, el tren maya, es incluso una violación para el patrimonio histórico y cultural de México.
Ayer, el Wall Street Journal en una columna de opinión de Mary Anastasia O’Grady, publicó que el decreto de López Obrador, que declara como obras de interés público y seguridad nacional sus proyectos, es una señal de la desesperación del mandatario: “Esto sugiere que es un acto más de desesperación que una muestra de fuerza”, resalta. Aquí es donde entra el artículo 6 de nuestra Constitución porque ahí se especifica que “todos los mexicanos tienen derecho al libre acceso a la información”, lo que demuestra los dotes dictadores que caracterizan a AMLO.
Por otra parte, los diputados de la coalición Va por México, (PAN, PRI y PRD) presentarán ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una controversia constitucional contra este acuerdo que cataloga todas las obras de infraestructura como asuntos de interés público y de seguridad nacional, tratando irónicamente de empujar al elefante de la 4T que sí está reumático y es más mañoso que el que López Obrador conoce de los conservadores.