Felipa

La “Guía Ética para la Transformación de México”, publicada en días pasados por el Gobierno de la República dice en su página 20: “Ni el poder ni la autoridad son derechos o atributos de tu persona. Una y otra solo tienen sentido ético cuando se ejercen para servir a los demás. Si lo usas en provecho propio o de tus allegados incurres en corrupción, perviertes el cargo, traicionas la confianza depositada en ti, destruyes tu dignidad y tu prestigio, dañas a tu familia y a tus personas cercanas y no conocerás la satisfacción de servir a los demás.”

Pareciera ser que esta guía ética no aplica para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su familia. Concepción Falcón, cuñada de AMLO es señalada por el desfalco de, al menos, 200 millones de pesos, situación que salió a la luz pública después de que el alcalde de Macuspana, Tabasco, tierra natal del presidente, y 11 regidores presentaran su renuncia. Hasta ahora siguen las investigaciones.

José Ramiro López Obrador, hermano del presidente, es acusado de peculado y asociación delictuosa por 40 millones de pesos. No se sabe nada más. Pío Lorenzo López Obrador, también hermano del presidente es exhibido recibiendo cantidades importantes de dinero en efectivo. Dinero que el propio presidente justificó como “aportaciones de la gente que apoya el movimiento”. Ese dinero nunca fue fiscalizado ni reportado ante el INE, y sí derivó en una demanda de Pío López Obrador en contra del periodista Carlos Loret de Mola por “invadir su privacidad”. A pesar de los videos, ya no se dice ni pío.

El propio Carlos Loret presenta los contratos celebrados entre PEMEX con la prima hermana del presidente por un monto de 365 millones de pesos. Estos contratos se realizaron por “adjudicación directa”, es decir, no importó si la empresa tenía la capacidad operativa y legal para cumplir con los contratos, o si era la mejor opción, vaya, ni siquiera se analizaron otras opciones. Una adjudicación directa quiere decir que se le dan contratos a alguien, básicamente, por los pantalones de quien los otorga.

La ahora prima incómoda estaría recibiendo alrededor de medio millón de pesos diarios por parte de PEMEX sin que se cuestionara la legalidad o el cumplimiento de los contratos. En primera instancia, al ser cuestionado, el presidente descalificó la información con una risa burlona. Días más tarde, PEMEX canceló los contratos por ser ilegales. Imposible olvidar aquel: “el presidente está al tanto de todos los negocios jugosos que se hacen en la administración pública”, obviamente dicho por López Obrador refiriéndose en esa ocasión a Enrique Peña Nieto. Sería interesante saber ahora cómo es posible que no se entera de los transas y corruptelas que han aumentado en su administración.

Resulta muy difícil de creer que el presidente López Obrador no estuviera enterado de los jugosos negocios de su prima hermana Felipa Obrador. Esta prima del presidente resultó tan hábil para los negocios, que tiene un par de hoteles en las inmediaciones de dónde se construye el Tren Maya. En esos terrenos, que eran áreas protegidas, se cambió arbitrariamente el uso de suelo para favorecer la construcción de los hoteles.
Los Hoteles Winika Alterra y Winika Habitat cuentan con 6 y 32 hectáreas respectivamente, y colindan con el Parque Nacional situado en Palenque, Chiapas. Vaya que salió visionaria la señora Obrador.

El 19 de febrero de 2019, al arranque del sexenio, dos meses después del inicio oficial de las obras del Tren Maya, el Ayuntamiento de Palenque autorizó a la prima hermana del presidente la modificación de uso de suelo de ambos predios rústicos para que puedan habitarse y ofrecer en ellos servicios de hospedaje”. Solamente falta que el presidente diga que el único delito de su prima Felipa es llamarse como el expresidente Felipe Calderón.

¿Dónde quedó la honestidad valiente del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador? Apenas son dos años de Gobierno y los escándalos de corrupción de sus familiares cercanos son de terror.
Hay quien dice que la corrupción en esta administración se parece a las cucarachas, apenas se puede ver una, se puede asumir que hay decenas de cucarachas más. Esa podría ser la razón por la que no hay medicamentos para el cáncer.

El pueblo de México ya está muy lastimado, hemos sido testigos de como por décadas los políticos se enriquecieron a costa de las arcas nacionales, pero nunca con tanta impunidad y descaro, nunca en tiempos tan difíciles por una enfermedad mortal que se expande rápidamente entre la población, cobrando la vida de cientos de miles de mexicanos. Más de un millón de empresas han cerrado este año. Nunca antes ha habido tantos feminicidios, el número de homicidios en este sexenio es el mayor en la historia de México.

¿Qué nos hace falta como mexicanos, para entender que tenemos el peor gobierno en el peor momento? La corrupción, el nepotismo y la impunidad, se han convertido en el sello particular de este gobierno. Y queda pendiente el tema del narcotráfico…