El gobierno de México logró una prórroga de 90 días antes de que entren en vigor nuevos aranceles del 30 por ciento que Estados Unidos planeaba imponer a partir del 1 de agosto. Así se anunció tras una llamada entre la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo estadounidense Donald Trump.
La conversación, que duró aproximadamente 40 minutos, se llevó a cabo la mañana del jueves 31 de julio. En ella participaron también funcionarios de alto nivel de ambas naciones, quienes acordaron mantener sin cambios el esquema comercial vigente mientras continúan las negociaciones para un acuerdo de largo plazo.
El principal resultado de este diálogo fue evitar un aumento inmediato de tarifas, lo que, según el gobierno mexicano, representa un logro estratégico para preservar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), instrumento que regula gran parte del comercio entre las tres naciones.
Entre los puntos pactados se encuentra la conservación de los actuales aranceles en sectores clave como el automotriz, el acero y el aluminio, así como el establecimiento de una mesa de diálogo permanente que permita atender asuntos estructurales del comercio bilateral.
De acuerdo con la información oficial, el gobierno mexicano no ofreció concesiones adicionales a cambio del aplazamiento. Las autoridades señalaron que la relación bilateral avanza con respeto mutuo y que existen condiciones favorables para seguir fortaleciendo el intercambio comercial, especialmente tras los avances en temas de seguridad fronteriza.
Además del componente arancelario, la prórroga también permitirá discutir temas más técnicos, como la protección de patentes farmacéuticas o la regulación de prácticas desleales de comercio. México busca garantizar que cualquier ajuste no afecte la producción nacional ni eleve costos para sectores estratégicos como el de salud.
Funcionarios del gabinete federal calificaron como positiva la postura del gobierno de Estados Unidos ante la propuesta mexicana y destacaron que, frente a otros países que también enfrentan presiones comerciales, México mantiene una posición privilegiada.
Con este nuevo plazo de 90 días, ambos gobiernos se comprometieron a continuar el diálogo y evitar medidas unilaterales que alteren el equilibrio del tratado comercial.