INAⅠ y el interés de AMLO por desaparecerlo

El presidente Andrés Manuel López Obrador lleva ya varios días amenazando con desaparecer el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), y a la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE). En todos los casos se alega la duplicidad de funciones y el ya muy utilizado recurso de la corrupción al que ahora se agrega el que estos organismos deben desaparecer para ahorrar dinero.

La atención pública se ha concentrado en la intención de desaparecer al INAI por los peligros que entraña a la transparencia gubernamental y la protección de datos personales y a la misma democracia, más aún cuando este gobierno se ha caracterizado por ser notoriamente opaco. La posible desaparición del INAI implica dejar a la sociedad a merced del gobierno y, de paso, cancelar la idea de que México es un país diverso y plural, en el que los retos y el futuro deben enfrentarse tomando en cuenta la opinión de todos, sin dejar a nadie fuera de ese debate al garantizar a cualquiera la posibilidad de conocer verdades sobre el actuar de los gobernantes.

Pareciera ser que lo que López Obrador busca es eliminar cualquier obstáculo a sus decisiones personales. Concentrar el poder y el manejo discrecional de los recursos públicos es el sueño de todo dictador.
La motivación de mayor peso de AMLO para desaparecer a dichos órganos es que él, desde su muy particular punto de vista, solo considera autoridad a aquella que emana del pueblo. Esto es, únicamente las autoridades electas debieran detentar el poder. Por ello, las agencias autónomas no tienen razón de ser ni deben sostenerse. Más aún, de acuerdo a la lectura presidencial, los órganos autónomos nacen a partir de que la autoridad no estaba cubriendo o realizando esas funciones que ahora detentan las relativamente nuevas estructuras. Por ello, la 4T debe hacer transitar al país a una situación en que los poderes de la Unión desarrollen nuevamente dichas funciones, dejando de lado estos aparatos adicionales.

Por medio del INAI se pudo obtener información de casos de corrupción en administraciones anteriores. Tal es el caso del Toallagate de Vicente Fox, la estafa maestra, las corruptelas de Javier y César Duarte, la Estela de Luz, los contratos de Pemex y Odebrecht, datos de gasto en publicidad y un enorme etcétera.

Se nota que al Gobierno de la 4T no le gusta la rendición de cuentas. El Gobierno de López Obrador es cuatro veces más opaco que el de Enrique Peña Nieto. Se ha hecho costumbre por parte de la Secretaría de la Función Pública reservar información a 5 años, esto es, que nadie puede conocer esa información hasta dentro de, por lo menos, 5 años. En esa información que ya quedó enterrada se encuentran los contratos de la compra de vacunas contra el COVID-19, la información de la construcción de la refinería de Dos Bocas, la construcción de los cuarteles de la Guardia Nacional, el caso del General Salvador Cienfuegos y, prácticamente, todos los “otros datos” a que se refiere el presidente López Obrador en sus conferencias mañaneras.

Con esta propuesta, se está aniquilando el derecho que tenemos como sociedad a la información, sobre todo a la información de cómo se está utilizando en dinero de nuestros impuestos. Saber en qué gasta el gobierno, por qué gasta lo que gasta y con que propósito es un privilegio al que nunca se debe renunciar. Hay que recalcarlo, el gobierno no produce dinero, el dinero lo hacemos los ciudadanos y se lo entregamos al gobierno a través de nuestros impuestos.

El Gobierno no puede ser juez y parte, si así que existen estos organismos el 80% de los contratos de gobierno se otorgan por adjudicación directa, ¿qué va a pasar cuando ya no tengamos acceso a la información?

El presidente parece dispuesto a cualquier cosa con tal de hacerse del control total del manejo de la información pública. Ha dicho que el INAI cuesta mucho dinero, pero los $1,800 millones que se ha gastado en béisbol, si en béisbol, es el doble del presupuesto del INAI, se notan las preferencias del presidente, le encanta el béisbol, pero detesta dar información acerca de su gobierno. Por cierto, la Oficina de la Presidencia de la República tiene un presupuesto de $130 millones más que el INAI, saque usted sus conclusiones.
Lo que es cierto es que quiere controlar toda la información y sujetar la conducta de los medios de comunicación borrando del mapa a los órganos autónomos que se lo impiden. Lo quiere hacer cuanto antes, en pleno proceso electoral: quiere que su gobierno sea el único facultado para decidir qué se dice y cómo. Como el presidente gobierna con palabras que niegan los hechos evidentes, odia a quien se atreve a desmentirlo.

El presidente sabe perfectamente lo que está haciendo y lo está logrando, es un todo, no son acciones aisladas, todo apunta a un mismo fin, el control total en México, Energía eléctrica, petróleo, gasolinas, medicinas, que todos dependan del gobierno. No cabe duda que la decisión de López de eliminar organismos autónomos tiene como finalidad encubrir la escandalosa corrupción e ineptitud del régimen…