La estafa maestra, sin ganadores y sin avión

¿Hasta dónde es capaz un político de llegar por un cargo en el gobierno? Hay evidencias de que es muy poco lo que NO están dispuestos a hacer. Desde una Diputada Federal con la mano en la entrepierna de un gobernador, hasta abogados prestigiados, con maestrías y doctorados, que promocionan una consulta a todas luces ilegal, que viola derechos humanos y la presunción de justicia.

La droga más adictiva del mundo es el poder. El poder enloquece a quién lo posee y no está consciente de que es efímero, se desvanece, es irreal y causa tanto daño a quien lo tiene y no lo sabe utilizar, como a aquellos sobre los cuales se ejerce. En nuestro país, en muchos municipios, estamos viviendo esa realidad. Personajes que llegaron al poder y se han embriagado en él, despilfarrando recursos, atacando a quienes piensan que los atacan, imponiendo una cultura de miedo, ejerciendo el poder para oprimir y no para liberar.

El caso de la rifa del avión, no solamente pone en evidencia la ineptitud del gobierno, sino la cúpula del poder en el país. La mitad de los boletos, 3 de 6 millones, fueron comprados bajo una sutil presión presidencial, por aquellos empresarios que un día se llamaron la mafia del poder, y que hoy forman parte de los supuestos aliados del presidente López Obrador. Otro millón de boletos, lo compró el INSABI, para repartirlo entre los hospitales. No se envía medicamentos ni material de curación, pero sí la esperanzadora posibilidad de ganar un premio. Si en total se vendieron 4,650,000 boletos y 4,000,000 millones NO fueron comprados por el pueblo bueno que llevó al poder al presidente López Obrador, entonces solamente 650,000 de sus 30 millones de votantes lo apoyó con su rifa. Y los números son menores si tomamos en cuenta todos los boletos que compraron, también bajo presión, empleados de gobierno y la cúpula del poder político. Recodemos que el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau adquirió 40,000 boletos de forma personal.

No solamente se sigue debiendo el avión, no solamente las cuentas no salen, no solamente es un fraude por utilizar recursos públicos, falsear publicidad y lo que se acumule, sino que quedó al descubierto la falacia del pueblo bueno que va a seguir al presidente AMLO en cuantos proyectos se le ocurran. Ha quedado de manifiesto que su popularidad ya se está agotando, que ese pueblo bueno, ya no es tan fácil de engañar, a pesar de toda su propaganda. También quedó de manifiesto que la ineptitud de este gabinete es tal, que ni una rifa hecha “entre cuates” pudo salir bien. Obviamente, al venderse lo boletos entre la mafia del poder y el mismo gobierno, pues al pueblo bueno, no le tocaron premios, y seguirán escuchando al presidente hablar y hablar y hablar de un avión, que ni rifado salió.

Esta rifa se ha convertido en una radiografía de lo que es la 4T, una sinfonía de errores que brotan como el sarampión que ya se había erradicado, un circo que parece más una comedia de errores, que, con todo respeto, me hacen recordar a los personajes creados por el gran Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, dónde el surrealismo mexicano se manifiesta naturalmente. El problema es que es nuestro gobierno, y la pérdidas humanas y económicas no son una sátira.

Se escucha al presidente decir que la rifa ha sido un éxito. Por más que trato de analizarlo, no le encuentro ganador alguno, solamente perdedores. Con la excepción de estos tres hospitales poblanos entre otros, qué sí ganaron sus 20 millones de pesos, lo demás son solamente pérdidas.

Finalmente hay un gran perdedor en esta rifa, y no puedo nombrarlo por su nombre porque ya es marca registrada y porque su mención no es para algo positivo. El gran perdedor es el presidente López, porque la poca credibilidad que tenía se está viendo mermada, y por más aplaudidores que se pueda rodear, difícilmente le alcanzará para ganar otra elección.