De acuerdo con el comunicado oficial, el pasado 20 de julio, una joven de 19 años acudió al hospital con un embarazo de 40 semanas y media, es decir, ya a término. Fue atendida por el personal médico, quien le indicó regresar en un lapso de ocho horas para dar seguimiento a su estado y al del bebé.
Sin embargo, la paciente no regresó a tiempo y volvió al hospital hasta el día siguiente por la mañana, es decir, más de 12 horas después de la cita programada.
Al ser nuevamente valorada, el equipo médico confirmó que el bebé ya no presentaba signos vitales, por lo que se procedió a interrumpir el embarazo mediante una cesárea.
Las autoridades informaron que la joven permanece hospitalizada, está estable y se encuentra bajo vigilancia médica, recibiendo también atención psicológica.
El Gobierno del Estado reiteró que la atención médica fue inmediata y que se actuó conforme a los protocolos establecidos, refrendando su compromiso con la salud de las mujeres y los bebés en Puebla.