San Martín Texmelucan se ha caracterizado por ser un municipio sumamente violento en los últimos años, tan violento que en un mismo día se registró la agresión con arma de fuego a Elim Garzón, secretaria general del Círculo de Organizaciones Populares (COP) una de las más importantes del tianguis, así como también se encontró el cuerpo de otra mujer con signos de tortura.
Resulta irónico que actualmente este municipio sea encabezado por una alcaldesa y que la violencia hacia las mujeres lejos de disminuir, ha aumentado y peor aún, que por parte de Norma Layón, no se tenga postura alguna ante los hechos ocurridos el pasado domingo, solo reafirma que evidentemente ella no vive en ese municipio.
Sin embargo, se ha encargado de difundir “La línea violeta”, la cual está a cargo de la dirección de Prevención del Delito, misma que ocupa su prima, Blanca Aarún y que a grandes rasgos sólo otorga pláticas en las comunidades aledañas a las cuales asisten solo 3 o 4 personas. Pero en un afán de demostrar que sí sirve de algo dicha dirección y de que sí están trabajando, pusieron en función esta campaña en la que se supone su finalidad es frenar la violencia hacia las mujeres texmeluquenses, algo que ya vimos, no funciona ni funcionará.
No es de sorprenderse que los medios de comunicación hagan lo propio en la difusión de algo irreverente habiendo un contrato de por medio, lo que sí sorprende es la desfachatez de quien se dice “luchadora por y para las mujeres” y que no sea capaz de delegar funciones en ninguna de las áreas de la comuna, pues cuando no va caminando por la calle aún acompañada por trabajadores de Fomento Económico, los ambulantes la tachan de ignorante o está publicitando campañas femeninas cuando a las mujeres de la región las están baleado y matando a plena luz del día y en las zonas más conocidas, mientras de la edil ni sus luces.
Entonces tenemos que la “Línea Violeta” no es más que otra plática (pero ahora vía whatsapp), en donde en caso de necesitar apoyo por ser víctima de violencia, primero tendrán que esperar a que les contesten o las dejen desnudas en la orilla del río (lo que suceda primero) para después ser enviadas a interponer la denuncia en la dependencia correspondiente, sin ningún otro tipo de apoyo más allá de la atención telefónica, pero si a esto lo consideran un gran avance, está claro que todo está perdido en Texmelucan en materia de violencia a la mujer.