Los cárteles que sí existen en Puebla que Barbosa niega y que AMLO respalda
Durante la pasada visita a Puebla del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el mandatario estatal, Miguel Barbosa Huerta dijo que Puebla sólo cuenta con bandas delictivas (que gran alivio) más no con cárteles que azoten la región, una región que o no conoce, o que prefiere no conocer porque su conocimiento tiene un precio.
Sin embargo para los que sí tenemos memoria y vivimos en Puebla desde siempre sabemos que es un Estado de interés para la delincuencia organizada, pues pasó de ser una región tranquila a una región peleada por seis asociaciones delictivas: el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Caballeros Templarios, la Familia Michoacana, el Cártel de Tamaulipas, Los Zetas y el Cártel del Golfo, según datos del estudio Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
Algunos de los municipios más importantes como Puebla, Huejotzingo, San Martín Texmelucan y Palmar de Bravo han sido testigos de cómo empezó la batalla entre cárteles que dejó como saldo embolsados en vía pública, balaceras y secuestros, originados en su mayoría por el robo de hidrocarburos que según ha trascendido, fue el motivo por el cual asesinaron a la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y a su esposo y entonces senador Rafael Moreno Valle. Pero también destacan el tráfico de drogas, la trata de personas y la piratería.
A principios de año, el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que la Federación protegiera a los cárteles delictivos “tal y como se hacía en administraciones pasadas”, por lo que sus declaraciones, al igual que las de Barbosa Huerta denotan la gran falta de conocimiento que tienen a nivel federal y estatal respectivamente, pues México no ha dejado de ser un país azotado por el crimen organizado, el cual ha sido “respaldado” por el mismísimo AMLO quien abiertamente ha liberado a grandes capos como Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y saluda hasta su camioneta a la madre de éste mismo, haciéndole mención de que ya ha leído las cartas que le ha mandado; algo a lo que no tiene acceso cualquier ciudadano.
Pero para no entrar en detalles y siempre muy a su peculiar estilo de responder los señalamientos que la población y la prensa le hacen, nuestro presidente responde que “por razones humanitarias” decidió liberar y saludar al hijo y la madre de quien aún preso, sigue siendo uno de los más importantes líderes del crimen organizado.
Entonces si por razones humanitarias atiende y apoya a estos delincuentes ¿por qué no hacerlo con las víctimas de éstos mismos? O mínimo aceptar que sí tienen identificados a los principales cárteles en cada Estado ¿será acaso que los nexos entre el mandatario federal y los estatales con los cárteles son tan estrechos que de “traicionarlos” comenzaría una “limpia” en cada región? que ya de por sí es pan nuestro de cada día, para muestra un botón, Puebla, donde ya no les llaman cárteles, ahora son bandas delictivas.