México de las simulaciones

Al terminar el 2020, queda claro que tenemos un Gobierno de simulaciones. Inicia con la conferencia de prensa de las mañanas donde se simula informar a la población del trabajo realizado por el gobierno, así como sus próximas acciones. Se ha comprobado muchas veces que gran parte de lo que informa el presidente López Obrador son medias verdades, que equivalen a medias mentiras. El presidente simula informar sus logros, que valga decirlo, son prácticamente nulos, cuando en realidad se dedica a descalificar a todos aquellos que dejen en evidencia la ineficacia y la corrupción que impera en su gobierno.

“Tendremos un sector de salud pública equiparable a los mejores del mundo”. Anunciaba triunfante el presidente en diciembre de 2019. A partir de entonces, se destruyó el Seguro Popular y se creó el engendro llamado Instituto de Salud para el Bienestar, no hay quimioterapias para los niños, ni vacunas contra el sarampión, la influenza y la tuberculosis.  Si algo ha buscado AMLO en todo momento es dejar de gastar dinero en medicinas y tratamientos, en pruebas y doctores. Con toda la arrogancia del ignorante que cree que gobernar no es ciencia, destruyó alegando que construiría algo mucho mejor.

Un buen día, AMLO sacó un pañuelo blanco durante su “mañanera”, lo agitó con una enorme y sarcástica sonrisa y anunció que la corrupción se había terminado. Otra simulación, pues siguen los escándalos familiares, de los súper delegados, nepotismo, desvió de recursos, opacidad creciente en el gasto público y, de acuerdo con un estudio de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, 53% de la población cree que la corrupción aumentó durante este año. Con el pretexto de acabar con la corrupción, se han destruido infinidad de programas de apoyo a muchos sectores como el turismo, se acabaron las estancias infantiles, los fideicomisos. Casi en todos los casos sin comprobar la real existencia de corrupción como en el caso del NAIM.

López Obrador solo sabe aplicar la estrategia de tierra quemada. Una destrucción siempre sustentada con el ya muy usado pretexto de arrancar un árbol podrido por las corruptelas de los gobiernos anteriores. Explicación que hoy engaña a muy pocos al provenir del hermano de Pío, cuñado de Concepción y primo de Felipa, libertador de Ovidio, defensor de Bartlett, de Ana Gabriela Guevara y demás funcionarios a quienes han evidenciado diferentes medios de comunicación en actos de corrupción.

El presidente López Obrador ha repetido hasta el cansancio que no se iba a endeudar más al país. El gran pretexto para no apoyar económicamente a la micro y pequeña empresa es precisamente la negativa a solicitar créditos para reactivar la economía, como se hace en la mayoría de los países del mundo. Aquí también hay una simulación, pues el saldo de los requerimientos financieros del sector público (la definición más amplia de deuda pública) llegará al cierre de 2020 a 12.6 billones de pesos (54% del PIB), mientras que al cierre de 2018 fue de 10.6 billones (43% del PIB). Además, se gastaron todos los “guardaditos” que heredaron de los gobiernos anteriores. Es decir, México sí está mucho más endeudado y esa deuda no se utilizó ni en medicinas y equipo hospitalario, y mucho menos en reactivar la economía.

Se simula ser un gobierno diferente, donde se acabaron los compadrazgos y el amiguismo. Sin embargo, tenemos a un hermano de AMLO para un puesto en Tabasco, al hermano de Ricardo Monreal como candidato a la gobernatura de Zacatecas, y al hermano de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval pata un cargo en Guerrero. Todos ellos de dudosa reputación y ya con un amplio historial de escándalos de corrupción.

Se simuló rifar el famoso Avión Presidencial, hasta hace poco, los premios aun no habían sido entregados en su totalidad. Se simuló enjuiciar a Lozoya, no ha sucedido nada al respecto, ni la orden de aprensión contra Luis Videgaray. También se simuló salvar un inexistente Lago de Texcoco, por el contrario, se destruye un Manglar para construir una refinería que, otra simulación, será un gran negocio para el país. También se simula construir el Tren Maya si derribar un solo árbol, la evidencia arroja que también es un cuento chino.

Esperemos que la campaña de vacunación contra el Coronavirus no resulte una simulación, ni se simule no lucrar políticamente con ese evento. Sin embargo, todavía no empieza de lleno la campaña de vacunación, que hasta el momento no tiene vacunas, y ya hay anuncios de MORENA vanagloriándose por el milagro de la vacuna y presentándose como los grandes salvadores de la patria.

La simulación de los políticos mexicanos termina cuando empieza el descaro. Hay políticos que tienen la desfachatez de publicar en redes sociales fotos de sus familiares enfermos. ¿Qué tanta será el hambre de poder de estos salvadores de la Patria, que se atreven a lucrar no solamente con el dolor ajeno, sino con el dolor de su propia familia?