México tiene alma de mujer empoderada

México tiene alma de mujer empoderada

¿Cuántos y cuántas no hemos escuchado la palabra empoderamiento femenino? ¿ustedes saben qué significa? Las opiniones seguramente son diversas, es lógico, por supuesto, pero en mi opinión, el empoderamiento es como su nombre lo indica; poder, poder crecer, poder hacer, poder lograr, poder tener, y si lo compaginamos con la mujer, entonces es el poder de la mujer para hacer, pensar, decir, lograr, tener, crecer y todo lo que ella como persona, quiera y necesite para sentirse apta y plena en todos los sentidos.

Partiendo de esto no debemos confundir el empoderamiento con la equidad de género, el primero ya lo definimos y el segundo es,  se supone, la igualdad entre hombre y mujer a niveles intelectuales, económicos, sociales, sexuales, laborales y de todo tipo menos física, eso es claro. Y aquí es precisamente donde creo que se confunde y se genera polémica a la hora de debatir sobre el empoderamiento femenino, la equidad de género y el feminismo, otra corriente moderna que respeto pero no concuerdo porque victimiza a la mujer y es utilizado para fines vandalicos que nada tienen que ver con defender los derechos de las mujeres.

Ahora bien, aterrizando el panorama del empoderamiento de la mujer en un país tan misogino y machista como lo es México y desde un punto de vista objetivo, estamos de gane si nos comparamos con países bajos del continente asiático o africano en el que la mujer sigue siendo mutilada no sólo física, también socialmente ante un patriarcado tan absurdo como las creencias que se manejan, y las cuales hay que tratar con mucha cautela, sin embargo, seguimos perdiendo ante hombres que maltratan, violan y matan a la menor provocación y ante un sistema que no defiende, no investiga y no le importa lo que nos pase.

México se divide en 3 a la hora de hablar del poderío femenino; 1 es la clase media alta y alta en la que las mujeres ya cuentan con un nivel de estudios equivalente a licenciatura o posgrado, donde es independiente económicamente, es libre de decidir si quiere o no tener hijos, casarse, si quiere un novio, dos o tres, si viaja sola o acompañada, si se pone falda o pantalón, si es emprendedora o super empresaria, etc. Su nivel adquisitivo es alto, inclusive mayor que el de sus parejas, son mujeres que no se dejan apantallar por nada ni por nadie, porque tienen el acceso a todo lo que ellas deseen, fácil y sencillo.

Luego tenemos la clase media la cual es la mayoría de las mujeres en México y que destacan por alcanzar un nivel medio superior de estudios, a veces superior no concluido pero que les es suficiente para entrar al mundo laboral, donde el promedio de su salario oscila en los 8 mil pesos mensuales, apoyan a sus familias con los gastos, pero ojo aquí, estas mujeres son las que sostienen a México y a las familias de la clase media que repito es la mayoría, esto sin importar su estado civil, es decir, solteras, viudas, casadas, unión libre, lo que sea. Son las mujeres que antes de irse a trabajar deben dejar en casa comida hecha, aseo del hogar, tareas escolares de los hijos verificadas, y después les espera la jornada laboral de 8 horas que no siempre respeta sus derechos y que ante la desigualdad de empleos y condiciones sociales, pues tienen que acatarse a lo mucho o poco que puedan obtener de sus empleos porque son muchas veces, cabezas de familia, único sostén de sus hijos y en caso de contar con esposo, siempre destinan su salario a beneficio de sus dependientes económicos.

Finalmente tenemos la clase vulnerable y la más denigrante de todas, la clase pobre o pobreza extrema, esa en la que la mujer probablemente ni si quiera asistió a una aula de clases, en la que sus condiciones de vida son precarias, no gozan de algo tan básico como el derecho a la educación o a la salud, aquí hablar de planificacion familiar, es un delito, es un crimen porque viven bajo dogmas en los que la mujer pertenece a una casa, para servir a un hombre, que es su pareja o varios si es que tiene hijos varones. En esta clase, la mujer no es libre muchas veces ni de escoger al padre de sus hijos o la ropa que va a utilizar, ni las compras del hogar, no tienen lujos más que el de ser alimentada por otro ser humano que cree tener la autoridad sobre su vida. Son mujeres que nunca trabajan para obtener recurso económico propio sino para alguien más, su trabajo destaca en el campo principalmente o simplemente en las labores del hogar y el cuidado y educación de los hijos, que a su vez son adiestrados para seguir ese modelo familiar…

Si sumamos y analizamos las 3 partes en las que se divide el empoderamiento de la mujer en nuestro país, resulta que siempre no tenemos una mayoría de mujeres empoderadas, aunque las que hay son dignas de una competencia con las más potentes del mundo como por ejemplo Frida Guerrera, periodista y activista contra feminicidios; Yalitza Aparicio, actriz; 
Dafne Almazán, la joven de 17 años que ya tiene un grado en psicología y recientemente fue admitida en Harvard, y entre las que hay mucha diferencia en el ámbito económico, social educativo y familiar entre ellas.

México tiene alma de mujer, nuestra patria es una mujer guerrera, una mujer que no se vence, que se crece ante el dolor, que lucha y sigue luchando, que no se detiene ante nada ni ante nadie, una mujer con un corazón enorme capaz de perdonar, pero no de olvidar. Porque no se pueden ignorar a tantas mujeres desaparecidas, tantos crímenes de odio, tantas madres sin sus hijas, tantas hijas sin sus madres. México tiene corazón de mujer, enorme y amoroso, noble, lleno de fuerza y lealtad. Ese corazón está latiendo más fuerte que nunca, porque se siente herido, porque han lastimado a sus amadas mujeres, y esta patria va a responder. Porque no van a existir vallas que nos detengan, no hay miedo que paralice la verdadera fuerza que hay en el corazón de México.

Es por eso que creo que no estamos obligadas a lo imposible y que somos capaces de vencer obstáculos para llegar a las metas que nos planteemos. Sin embargo, la mujer en México sigue siendo objeto de muchas situaciones, como por ejemplo, puestos laborales a cambio de favores sexuales, estigmatizada bajo el lema “mala mujer” si trabaja y tiene que recurrir a personas externas para el cuidado de sus hijos y su hogar; ¡creo que sí! Si estamos empoderadas pero no siempre apoyadas, también creo que a la mujer siempre sí le cuesta más trabajo llegar al mismo puesto que a un hombre, le son cerradas más puertas y abrirlas no siempre es fácil, sin embargo, una mujer empoderada sea el que sea su nivel socio económico, es una mujer firme, de carácter, tenaz y que tarde o temprano logra el cometido, ser una mejor versión de ella misma, que a su vez inspira a otras a decidirse y a realizar lo que por años ha imperado en México, una figura masculina arriba de la figura femenina. Cuando el equilibrio está precisamente en la igualdad de derechos, sin empoderar más a la mujer ni al hombre.