Nadie por encima de la ley, ni AMLO

Nadie por encima de la ley, ni AMLO

El INE ratificó que Félix Salgado no puede ser candidato. La ley se impuso a los caprichos, las trampas y los compromisos. El INE ha resuelto con apego a derecho. Ha quedado muy clara la posición: nadie por encima de la Ley.

El presidente López Obrador calificó como “un atentado a la democracia” el que el INE haya retirado las candidaturas a Salgado Macedonio y a Raúl Morón. Y señaló que “nunca se ha llevado a cabo una cosa así”. Lo que nunca se había llevado a cabo es que, desde el poder, se cobijara a quienes infringen la ley de forma tan descarada, se protegiera a individuos con más características de mafiosos que de políticos. 

El INE cumplió la ley, pero desde Palacio Nacional se permite el insulto, la injuria, las amenazas y el ultraje. Ni cumplir con la ley evita que todos perdamos, porque ha quedado de manifiesto que importan más las simpatías del presidente que conducirse dentro de los límites del derecho y respeto a las instituciones.
Las reglas son muy claras y así de claras están dentro de la ley. Sus berrinches no provienen de un error de interpretación, sino de la burda estrategia que echaron a andar para romper el orden constitucional minando la estructura institucional de nuestra democracia.

Un día después, el presidente López Obrador propuso una encuesta telefónica para “decidir” si la ciudadanía quiere que Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón contiendan por las gubernaturas de Guerrero y Michoacán respectivamente en las elecciones del próximo 6 de junio. Las encuestas ni siquiera son transparente en su propio partido. Por todo el país hay protestas al interior de Morena porque los candidatos han sido designados mediante encuestas de la que nadie conoce las metodologías ni los resultados reales.

El presidente NO puede hacer lo que le venga en gana. A un ciudadano le está permitido todo, excepto lo que la ley le prohíba. Por el contrario, un funcionario público, en su trabajo, sólo puede hacer lo que explícitamente le permita la ley.
La gente tiene derecho a votar por un candidato que el partido tiene derecho a presentar. Si ese candidato no cumple con los requisitos pierde su derecho a ser votado, sin importar cuanta gente acarree a su causa.

Un presidente altanero, que avala delitos, amenazas, fraudes, corrupción, que construye su gobierno desde una conferencia de prensa, de donde emanan toda clase de ataques contra quien sea, más bien parece un niño con los ojos vendados tratando de golpear una piñata. Tenemos un presidente que da palos de ciego, que ha perdido el rumbo, la coherencia y la sensatez.

Acusa haber sido víctima de fraude electoral en el año 2006, pero pone al frente de CFE, al que orquestó el más grande fraude electoral conocido. Mientras con una mano señala al INE, con la otra resguarda a Manuel Bartlett. En 2006, por ejemplo, acusó al INE (entonces IFE) de ser partícipe de un supuesto fraude, que nunca pudo probar, en la elección presidencial. Sin embargo, nada dijo de ese mismo instituto cuando les otorgó el triunfo de varios senadores y diputados en la misma elección.

Cuando conviene al presidente, juega con las reglas de la democracia liberal. Cuando no, las rechaza. Es leal y desleal dependiendo de su beneficio. Puede aplaudir lo sucedido con México Libre, aquel partido que trató de registrar el ex presidente Felipe Calderón, pero al mismo tiempo, condenar al mismo instituto por aplicar la ley a su presunto violador consentido.

Cuando pierden los morenistas, siempre argumentan que hubo una gran conspiración en su contra y que les hicieron fraude. Las autoridades electorales son parte de este complot. Si, en cambio, ganan, fue por un acto heroico que se logró, a pesar de las malas intenciones que tenían los árbitros electorales. Rumbo a las elecciones de junio próximo ya están preparando el terreno para alegar lo mismo. Lo que pierdan, que puede ser mucho o poco, será por culpa del INE.

La verdad es que el aspirante a dictador no tiene carisma, es un oportunista, soberbio y rencoroso, que ha sacado provecho del resentimiento social, la necesidad y la ignorancia de la gente.
El FMI acaba de anunciar que Venezuela será el país más pobre del continente al terminar 2021. Por debajo incluso de Haití y Nicaragua. El país más rico de América Latina se convirtió en el más pobre en sólo 21 años. Esas son las consecuencias que traen la destrucción de las instituciones y la construcción de dictadores ignorantes cuyo poder se sustenta únicamente en su carisma.