OPINIÓN

Pasarela de candidatos

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En San Martín Texmelucan se ha normalizado el mal gobierno. Son varias administraciones consecutivas que son, por los menos, desastrosas. Es triste para todas aquellas personas que de alguna manera, tienen un vínculo con ese municipio.

Durante años, Texmelucan fue ejemplo de democracia. Hubo administraciones del PRI, PAN, PT, NUEVA ALIANZA y ahora MORENA. En los últimos años ha gobernado el señor que vende pisos, el señor de la gasolinera, el de la tienda de abarrotes, el de la zapatería y últimamente la señora de la funeraria, aunque para ser honestos, ésta última ganó por el efecto López, (recordemos que, en Cuernavaca, MORENA ganó la alcaldía sin tener candidato). En fin, en Texmelucan pareciera ser que ganaba el mejor candidato, más allá del partido político.

Varios de éstos gobernantes, son personas preparadas, inteligentes, con las mejores intenciones, que verdaderamente aman este municipio, y, sin embargo, en todos los casos, dejaron una comunidad peor de cómo la encontraron. Al final se vieron rebasados, y por mucho.

La violencia en Texmelucan ya no es noticia, ya es “normal” el embolsado, el descuartizado, la narcomanta las extorsiones, asaltos, robos y toda clase de delitos se consuman impunemente a la vista y el dolor de la ciudadanía. Es necesario, por el bien propio y de las próximas generaciones, revertir esta situación.

Evidentemente las buenas intenciones no han bastado. Está comprobado que el servidor público con 90% de honestidad y 10% de capacidad conduce al caos total.

¿Dónde está el problema? La pasarela de posibles candidatos ha iniciado. Los vemos en redes sociales entregando despensas, sillas de ruedas, en reuniones, dándose “baños de pueblo”, fotos con la familia, en noticieros locales. Todos tratando de mejorar su imagen personal, de darse a conocer.

Los ciudadanos hemos cometido el mismo error una y otra vez. Votas por la imagen que te da el político, votas por sus promesas, por su discurso y pocas veces analizamos el o los proyectos que proponen, y, más importante aún, el equipo de trabajo que va a hacer posible que se logren esos proyectos.

Podemos visualizar al edil como el conductor de un vehículo, podrá ser un excelente conductor, pero si el vehículo no tiene motor, o las llantas están desinfladas, o no tiene aceite/gasolina, difícilmente llegará lejos así tenga al mejor conductor del planeta. En muchas ocasiones esto se debe a los “amarres” que se hacen durante las campañas. Esto es, determinado dirigente te “garantiza” determinado número de votos a cambio de una regiduría, alguna dirección, un determinado número de personas de “su gente” que estarían ya comprometidos a laborar en la futura administración.

Esto ha traído como consecuencia sabotajes, renuncias masivas, personas “intocables”, por lo general, muchos problemas que complican demasiado los destinos del municipio. Los intereses de determinado grupo o persona por encima de los intereses de la ciudadanía. Este tema se toca en cada periodo electoral y, una y otra vez, se ha escuchado decir a los candidatos que “no tienen compromisos con nada ni nadie”; “mi compromiso es con la ciudadanía”, manifiestan en cada acto de campaña. Esto para después ver, con mucha tristeza, gente del sureste en puestos claves haciendo la vida imposible a todo aquel que, literalmente, salga a la calle.

Todavía están a tiempo. A tiempo para que los posibles candidatos armen un buen equipo de trabajo con personas igualmente honestas que preparadas, con espíritu de servicio, capacidad, y un deseo firme de sacar adelante ese municipio que muy merecido lugar tiene en importancia a nivel Estado. Todavía es tiempo de elaborar proyectos que sean asequibles, realistas, congruentes con las verdaderas necesidades de la población. Proyectos con tiempos y objetivos claros, no solamente frases trilladas y vacías, sino verdaderas soluciones a los problemas cotidianos.

Esta vez ya no se votará por “almas caritativas”, por padres de familia ejemplares o simplemente por una imagen de “pueblo”. Esta vez se tiene que votar por un proyecto y un verdadero equipo capaz de llevarlo a cabo. La ciudadanía tiene el compromiso de involucrarse con la política. Ya lo dijo alguna vez el filósofo griego Platón: “El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”. Esperemos que esta vez sí haya difusión de proyectos y equipos y los texmeluquenses no se queden únicamente con frases huecas y rebuscadas, con imágenes de algo que no son, de algo que sólo aparentan ser.

Para finalizar, ¿alguien sabe qué pasó con la Maestra Bárbara Morán Añorve, Diputada Local (de MORENA) por el Distrito VII? ¿No, nadie? Porque quien me dio su punto de vista para esta contienda electoral que se avecina, así como su servidora, no sabemos qué es de ella, ni de quien actualmente gobierna este municipio, en Líbano han de andar…