Luego de la publicación de la columna “Estrictamente Personal” de Raymundo Riva Palacio en la que resalta el siguiente texto: “Los nombres de otros senadores brincarán en esta variante política del proceso judicial contra Lozoya. Uno es el del priista David Penchyna, quien hizo gran parte del trabajo de negociación con la oposición para lograr su apoyo en esa reforma, y el otro es Miguel Barbosa, quien en ese momento estaba en el PRD. A Barbosa, de acuerdo con el plan, lo involucrarán para luego purificarlo. La estrategia establece que Lozoya hablará de su conversación con el actual gobernador de Puebla en Londres, durante una visita de Estado en junio de 2015, donde le dice que su hermano fue adscrito a un área central de Pemex, como había solicitado, y le menciona que ya le envió dinero. Lo que se pretende es que Barbosa agradezca el trato a su hermano, pero niegue lo segundo, con lo que quedaría libre de sospecha de corrupción—no de influyentismo”, inició una serie de especulaciones entorno a la supuesta relación entre Emilio Lozoya y Miguel Barbosa.
Por lo que el actual gobernador del Estado de Puebla, no dudó en salir a desmentir semejante acusación, y dijo: “Desconozco los motivos porque haya surgido esto, desconozco qué de real tenga que haya habido alguien que se haya hecho pasar como mi asesor para pedir algo, si es que haya sido cierto, que lo dudo, lo niego, por eso digo, yo nunca entablé ninguna plática con Emilio Lozoya ni instruí a nadie para hacerlo, así es que estoy limpio. Nunca acudí a ninguna oficina, ni nunca el peñato cuando yo fui senador me dio ninguna cantidad de dinero, nunca, jamás, por ninguna participación de mi grupo parlamentario o mía en el Senado de la República”.
Pero resulta que el “nunca jamás” de Barbosa Huerta, no es más que un intento por tratar de convencer que no conoce a Lozoya y/o que nunca ha tenido un acercamiento con él, lo que resulta falso, pues además de la llamada en 2015 que menciona Raymundo Riva Palacio, sí hubo un acercamiento de manera personal y en secrecía entre Miguel Barbosa y Emilio Lozoya en el año 2013, reunión en la que también estuvieron presentes Jesús Murillo Karam, Miguel Ángel Osorio Chong, Pedro Joaquín Coldwell y Emilio Gamboa.
Esta reunión se llevó a cabo gracias a
Jesús Murillo Karam, quien entonces era el Procurador General de la República (PGR), luego de la explosión que se registró en la Torre B2 de Petróleos Mexicanos en CDMX y la cual según las investigaciones, fue causada por acumulación de gas metano.
Dicho acercamiento realizado en el Senado de la República, tuvo una duración de más de dos horas y a puerta cerrada, en la que los secretarios de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, y de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, así como el director General de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, comparecieron ante la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional y explicaron las causas de la tragedia.
Ese mismo día, al finalizar su encuentro, Miguel Barbosa quien era coordinador del PRD en el Senado fue entrevistado para saber su postura acerca de la sospechosa explosión, a lo que él contestó: “creo que fue un accidente tal y como lo revelaron los peritajes, no debemos hacer más especulaciones, la presencia de funcionarios relacionados con la seguridad nacional es sana para que el Congreso conozca las razones”.
Por lo que no resultaría sospechoso que el ahora gobernador de Puebla, si haya tenido un acercamiento más allá de reuniones de trabajo con Emilio Lozoya, pues su puesto era el ideal para poder apoyar no sólo al hermano, sino a toda la familia, a cambio de su respaldo a la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, dada su posición como coordinador del PRD en el Senado.
Por lo que ese encuentro pudo ser el inicio de una negociación para que Barbosa Huerta a través de su hermano, pudiera inmiscuirse en Pemex y para que al tiempo y en signo de gratitud apoyara la tan criticada Reforma Energética de Enrique Peña Nieto ¿AMLO tendrá algún comentario al respecto?.
