Puebla capital y algunos de sus municipios más importantes como Amozoc, Izúcar y San Martín Texmelucan, se han convertido en un tiradero de cadáveres que van desde embolsados, encobijados y hasta descuartizados, esto según quien los haya matado y el motivo por el cual sus cuerpos se redujeron a basura o por lo menos terminaran en una bolsa para ese fin, como dice el dicho, dependiendo el sapo es la pedrada.
Pero ¿qué está haciendo el gobierno del Estado en materia de Seguridad para evitar este tipo de escenarios? o mejor dicho ¿qué no está haciendo? que nos están dejando cuerpos como si fueran alimento para palomas de Catedral.
En concreto me refiero al Grupo Chiapas, encargado de la seguridad en casi todo el Estado de Puebla; llamado así porque las cabezas de las organizaciones policiales en los principales municipios son originarios del Estado de Chiapas. Si grandes del crimen organizado ya están presos como Óscar “El Loco” Téllez o muertos como Francisco Guízar “El Rey de las Gasolinas ¿por qué no han podido parar la cacería?, ¡claro es lógico! Porque se están matando entre delincuentes para ocupar las plazas que dejan los que ya no están, seguramente eso pensarán o han pensado muchos de ustedes.
¡No señores! Podrán matarse entre ellos pero no dejar el cuerpo a la intemperie como señal de que las cosas no van bien, porque efectivamente no están bien. Es un mensaje siciliano, un mensaje de advertencia en el que demuestran quién manda y sí, es el crimen organizado, no el gobierno y mucho menos el Grupo Chiapas que en materia de Seguridad les quedó grande el saco, nuestro Estado y demuestran su hambre a través del soborno y cuando son descubiertos dicen “no es mi voz, no soy yo”, leyendo líneas redactadas por alguien igual o peor de ignorante que ellos.
El morenovallismo se distinguió entre muchos otros gobiernos por el incremento del robo de combustible en la región; un robo descarado, incontrolable, que dejó a muchos nuevos ricos con las arcas llenas, mismos que hoy ya no encuentran la manera de lavar ese dinero, porque lo del César al César, se les está yendo así como llegó, dinero fácil finalmente. Sin embargo, en el morenovallismo se cumplió el récord del robo descarado a la nación a través de altos mandos de Pemex y de los conocidos líderes huachicoleros, pero también, el récord en control de mandos policiacos hacia bandas criminales.
Las actuales reuniones de seguridad implementadas por la 4T y nada son básicamente lo mismo. Mesas con café y galletas en las que se saludan unos y otros sintiéndose los dueños del mundo, donde un día dicen “ayer hubo un embolsado” y al siguiente dicen “hoy también”. ¿Cuál estrategia? ¿Qué métodos? ¿Qué nada? Palabrería, compadrazgos, pero de acción nada; los ciudadanos preocupados por llevar sustento a sus hogares porque se quedaron sin trabajo gracias a una pandemia y además con el temor de que hoy también hubo embolsados, pero todo está bien…









