Se tensa IMSS San José y el sector salud
CAUSA Y EFECTO
Por José Antonio de la Vega Moreno
La salud es primero.
En eso todos estamos de acuerdo. Incluso, es un derecho constitucional.
Pero hablamos de que tanto derecho de salud tiene el enfermo que aquel quien lo atiende.
Ayer un connato de violencia, desesperación e impotencia, brotó en la Clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social denominada “San José”.
La causa, la falta de insumos, de material de protección para el personal médico, doctores, doctoras, enfermeras, enfermeros, camilleros, trabajadores de limpia.
No lo tienen. En qué momento la seguridad social se colapsó. Los trabajadores de la salud demandan lo mínimo indispensable para poder tratar a pacientes sospechosos y con Covid-19.
La crisis de prevención y de sanidad se agrava en cada una de las instituciones médicas del IMSS. Si personal del sistema nacional de salud se encuentra desprotegido y en extrema precaución por no contar con los instrumentos para atender una mínima infección, imaginemos que vulnerables son contra el Coronavirus.
Hugo López Gattell, Subsecretario de Salud federal, ha manifestado todos los días que si no llegan los insumos de control de infecciones a cualquier clínica de salud debe ser denunciado.
Que mejor denuncia que los propios trabajadores del IMSS no solo en Puebla, sino en Nuevo León, Jalisco, Chihuahua, Tamaulipas, Guanajuato, Querétaro, Baja California Sur, Durango, levantan la mano ante la crisis sanitaria por la crisis de insumos que no llegan para atender a pacientes victimas de la pandemia.
La tercera fase de la pandemia está a la vuelta de la esquina. Médicos y enfermeras no podrán atenderla y menos combatirla. No hay material seguro para los trabajadores de salud.
Muestra de ello, IMSS “San José” donde el personal de primera instancia, revela no contar con el material mínimo indispensable, luego de que se les avisara de que llegarían pacientes sospechosos con síntomas de Covid-19.
La alerta sanitaria está en dos vertientes, la primera y la obvia es la enfermedad; la segunda es el miedo de los trabajadores de la salud a enfrentar a esta, sin herramientas y sin la posibilidad de brindar un buen servicio hospitalario.
Si así se encuentran los hospitales federales, imagínense ustedes los centros de salud municipales.
Ojalá, no hablemos más adelante sobre la negligencia deje, usted médica, sino de las autoridades federales que no hicieron su papel adecuado, pues se hundieron en perseguir a proveedores e impidieron la compra del material en tiempo y forma.