Triste lo que ocurre en San Martín Texmelucan, un municipio que hasta hace unos años era de lo más tranquilo o por lo menos, una comunidad en la que todos los ciudadanos se conocían y tenían la certeza de que, ante acontecimientos irregulares, sobretodo en materia de Seguridad, tenían voz y voto y que la impunidad no era moneda de cambio en la Comisaría de Seguridad.
Hoy, Texmelucan es un pueblo sin ley, ese en el que sobrevive el más fuerte y con más “palancas” porque de lo contrario o te estafan por circular en la calle en la que se encontraban los uniformados a la espera de su “desayuno” o te golpean y te llevan preso, la mayoría de las veces sin motivo alguno, solamente porque no le entraste al juego de la corrupción.
Sin ley desde la cabeza que es la presidenta municipal, porque no vive en el municipio que gobierna, porque los baños de pueblo que se dio en campaña no fueron suficientes para conocer sus 11 juntas auxiliares y mucho menos las necesidades que tienen, sin incluir el tema de Seguridad que efectivamente, ya estaba deteriorado, sin embargo, nada se ha hecho para restablecer el buen trabajo de los elementos.
Continuamos con el comisario Jorge Alberto Ramos, quien tampoco conoce al municipio, enviado por alguien mucho más poderoso que la señora Layón y que evidentemente tiene mucho más interés en esa área que la alcaldesa, de otra manera no hay explicación del por qué este sujeto sigue al frente de la comisaría cuando le han detectado no una, sino muchas irregularidades que incluyen sobornos hasta por 500 mil pesos.
Para muestra los hechos ocurridos el pasado domingo donde un joven fue herido de bala y otro golpeado a tal grado de casi perder un ojo; inadmisible que la comuna dé como postura un comunicado en el que no saben cómo, cuándo ni por qué pasaron estos actos, solo saben que hay un herido de bala por supuestamente intentat asaltar a una persona en Santa María Moyotzingo.
Después tenemos que otra vez, Texmelucan es noticia nacional y sí otra vez por la inseguridad que se vive en la región, pues no conformes por el mal manejo de los uniformados hasta para detener a 2 supuestos delincuentes, ahora las patrullas que están escasas y que de paso en malas condiciones a poco más de un año de ser adquiridas, fue incendiada una de ellas, en señal de manifestación de los actos de abuso de poder ejercidos en contra de estos 2 jóvenes que mientras son peras o son manzanas, es decir, delincuentes o no, sí son claro ejemplo de cómo actúan los elementos de seguridad pública en este municipio.
Mientras tanto la ley se encontraba tranquilamente comiendo en algún restaurante de la capital poblana, esperando que sus subordinados le den noticias o por lo menos una idea de cómo actuar ante estos casos. La realidad es que al final, este será otro triste episodio de lo que esta administración improvisada y de chiripazo originó y que como siempre, no pudo controlar desde ningún ángulo.