Triste regreso a casa
CAUSA Y EFECTO
Por José Antonio de la Vega Moreno
La entrega de las 105 urnas –el pasado lunes- con cenizas de igual número de personas fallecidas en las ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Connecticut y Nueva Jersey, nos sugieren a todos, mantenernos sanos.
Gritan desde su silencio que autoridades de salud en los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, ejecuten de la mejor manera las estrategias sanitarias para impedir que la pandemia siga en elevación y se pueda aplanar la curva famosa.
Familias enteras de diversos municipios después de hasta tres meses de fallecidos recibían a su padre, su hermano, su primo, su prima, su madre, la hermana, por fin.
Triste escena.
Por lo menos regresaron los primeros paisanos que perdieron la vida en Estados Unidos, lejos de su tierra, de su familia y de su hogar. Se habla que existen en la unión americana cerca de 400 poblanos muertos por Covid-19.
Puebla se mantiene en semáforo rojo.
Los municipios donde se concentra una alerta insistente y constante son Tecamachalco y Tehuacán, ahí, las acciones sanitarias aplicadas y la propuesta de aislamiento, además, del comportamiento social, no han funcionado.
El gobernador del Estado, Luis Miguel Barbosa Huerta, dejó entre ver tibia, veladamente que, de seguir un comportamiento en reducción de contagios y muertes en la entidad, el regreso a la normalidad podría ser en una semana.
Preguntémonos.
En qué ha fallado el gobierno federal, los gobiernos estatales y los gobiernos municipales.
Qué ha fallado en materia sanitaria. Qué ha fallado en hospitales. Qué ha fallado en la aplicación de estrategias para combatir la pandemia. Pero también, tenemos que reconocer nuestra corresponsabilidad.
En qué hemos fallado como sociedad. En qué hemos fallado al intentar comprender las señales de la contingencia sanitaria. En qué hemos fallado como corresponsables de ejecutar las medidas preventivas.
Las respuestas saltan a la vista, pero hasta que no exista la autocrítica de lo que se dejó de hacer o se hizo mal por el gobierno federal, estatal y claro los municipios, no vamos a poder tocar fondo para después de ahí salir a flote.
Autocritiquémonos tanto autoridades federales, estatales y municipales, así como los diversos sectores de la sociedad, para poder trabajar en salir avante de la pandemia.
Que cada vez sean menos las escenas desoladoras de los hornos crematorios y que borremos de una vez por todas los tristes regreso a casa.
Hagámoslo.
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La debilidad de la Secretaria de Bienestar.
Para nadie es un secreto que, en diversas áreas del gobierno del estado, existen cargos ocupados por panistas, priistas, morevollavistas, estefanistas, lastiristas, además, personas con un pasado o un presente oscuro.
Desde esta columna he reconocido el trabajo de la Secretaria de Bienestar, Liz Sánchez.
Lo lamentable y lo débil, es que está rodeada de gente con antecedentes penales y tal es el caso de dos hermanos que trabajan para la dependencia.
Solo les adelanto. Uno funge como auxiliar mecánico de la Secretaría de Bienestar y la mujer en el área contable de la dependencia.
Que bonita familia.