El presidente estadounidense brindó un discurso para marcar los primeros 100 días de su gobierno; “Es hora de hacer crecer la economía de abajo hacia arriba, y del medio hacia afuera”, definió
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, marcó los primeros 100 días de su gobierno con un discurso en el Congreso en el que buscó inyectar optimismo a un país que ha comenzado a dejar atrás el calvario de la pandemia del coronavirus, y desplegó una ambiciosa agenda progresista anclada en el mayor plan de inversión pública desde la Segunda Guerra Mundial.
El discurso de Biden siguió una tradición de los últimos años de los presidentes de Estados Unidos de exponer ante el Congreso al comienzo de un nuevo gobierno en reemplazo al tradicional discurso sobre el “Estado de la Unión”.
Biden dará su primer mensaje sobre el Estado de la Unión el año próximo. Esta vez, utilizó el espacio para marcar los primeros 100 días de su presidencia, y presentar su visión para el país. La sesión dejó una imagen para la historia: por primera vez, dos mujeres aparecieron detrás del mandatario, la vicepresidenta, Kamala Harris, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El mandatario aprovechó, además, la oportunidad para presentar formalmente su tercer plan desde que llegó a la Casa Blanca, bautizado “Plan para las Familias Americanas”, que prevé una inversión de US$ 1,8 billones para aumentar el gasto en educación, salud, y ampliar el respaldo a las familias con hijos, en particular, las familias de clase media. Si Biden logra avanzar todos los planes que ha puesto sobre la mesa terminará de desplegar una inversión pública de casi 6 billones de dólares, el equivalente a casi un tercio del producto bruto interno (PBI), una palanca pública nunca vista desde al menos la Segunda Guerra Mundial.
El nuevo plan incluye inversiones en educación y la salud infantil, créditos fiscales destinados a las familias de ingresos medios y bajos, prevé destinar 200.000 millones de dólares a la educación preescolar gratuita y universal para niños de tres y cuatro años, y más de 100.000 millones de dólares para estudios en colegios comunitarios, independientemente de los ingresos, durante dos años.